Después de parar a comer en Ribadeo y una vez dentro de la autopista entre Lugo y A Coruña, veo en el horizonte unas nubes con un aspecto algo extraño, oscuras y con mayor diámetro cerca del suelo que según ascendías. El caso es que de repente se pone a llover, pero no de manera normal aquí en el norte, sino como cae en el Levante español en plena gota fría. Ya había reducido considerablemente la velocidad cuando comienza a caer unos granizos del tamaño de monedas de 500 ptas. (que raro se me hace), la temperatura descendió desde los 26ºC exteriores a 10ºC y los golpes eran de tal calibre que estaba seguro de que me iba a romper todas las lunas, incluida la del techo.
Yo acordándome de todo el santoral e intentando encontrar refugio, pero la autopista estaba colapsada bajo los puentes que la atravesaban, dejando sólo espacio para pasar un vehículo. El caso es que tuve que recorrer más de 5 km. bajo la granizada hasta que me pude refugiar bajo uno de los susodichos puentes, y tras 5 minutos volví a emprender la marcha (patinando hasta que desapareción el hielo).
Tras otros 5 km. de nuevo un sol radiante y temperatura de 23ºC.
Llegué a Santiago de Compostela y dejé el coche a resguardo en un parking subterraneo durante 3 días, sin fijarme en la carrocería eché un vistazo a las lunas y ví que sorprendentemente no se había roto (y habitualmente con una "china" diminuta se pica).
La boda fué genial y ya a la vuelta a casa, al parar en una estación de servicio me doy cuenta de que todo el coche está "ondulado"





Pues hoy después de las vacaciones y tras 3 semanas he ido a recogerlo y


Qué deciros, que estoy encantado con el resultado, ahora el coche sí que está nuevo, nuevo. Dentro de 6 meses, cuando "repose y fije" la pintura nuevo detallado y a rodarrrrr.
Por cierto, la reparación la ha asumido el hasta ahora inédito seguro a todo riesgo (me ha valido la pena seguir con él).

P.D.: Perdón por el tocho. Un saludo.