Toyota ha desvelado el misterio que rodeaba al prototipo que va a Frankfurt el próximo septiembre. Está basado en el Toyota Yaris de tres puertas, y combina un motor de competición con tres motores eléctricos de 60 CV cada uno. En total hablamos de 420 CV combinados, aunque hay que mirar la letra pequeña.
El propulsor “normal” es un 1.6 Turbo apretado a 300 CV para distintas competiciones de la FIA. Impulsa a las ruedas delanteras. En el eje trasero tenemos dos motores de 60 CV, iguales a los del Toyota Yaris Hybrid de producción en serie, que se alimentan de un supercondensador.
Mientras que en el híbrido de producción las baterías proporcionan menos energía durante más tiempo, aquí es al revés. Utiliza el mismo principio que el TS030 Hybrid de competición. Mucha potencia, pero durante poco tiempo, lo más adecuado para la competición. Para consumir menos creo que no es.
En el modo de carretera, los motores van limitados a 40 CV, y el chute de potencia (80 CV) durará 10 segundos con carga completa. En el modo circuito hablamos de 120 CV que duran hasta 5 segundos. Estos motores también pueden utilizarse como generadores, para recargar el condensador en las frenadas.
Análogamente, un híbrido de calle recupera menos energía, el de competición puede recargar mucha energía en poco tiempo, para luego usarla para acelerar. Los motores, además de la tracción total, proporcionan un efecto similar a un diferencial trasero autoblocante porque permiten vectorizar el par.
En cristiano, si la rueda derecha va por el interior y la izquierda por el exterior, el motor derecho puede hacer de generador (frenar) y el izquierdo de motor (acelerar), lo que mejora la velocidad de giro del coche (guiñada). Esta gestión es automática.
Hablé de un tercer motor, ¿dónde está? Entre el motor térmico y la caja de cambios secuencial de seis velocidades. Este motor solo se usa como generador. Si las ruedas delanteras patinan —algo lógico con 300 CV— entonces este motor “frena” al motor térmico para pasar energía a los motores traseros a través de cables eléctricos.
Dicho de otra forma, es como un sistema de tracción total de reparto variable. Cuando se patina en el eje delantero, se transfiere par al eje trasero, aunque utilizando cables en vez de un árbol de transmisión convencional. Dudo mucho que esta ida de toyolla se convierta en un modelo de producción.
Además, el tercer motor también sirve para recuperar energía para el condensador en las fases de deceleración y frenado. Esta solución aporta peso (no sabemos cuánto), pero a buen seguro sirve para mejorar los registros en circuito de un Yaris igual pero con 300 CV en el eje delantero. Habría que verlo.
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En Motorpasión | Toyota Hybrid-R, la sorpresa de Toyota para Frankfurt