Magnifico!!
Se le agradecería que nos comentara un día las diferencias que hay entre conducir el japonés y el italiano!!
¿Diferencias? Muchas. ¿Similitudes? Algunas... o ninguna.
Un Ferrari es un Ferrari, con eso digo mucho o más bien lo digo todo. No sé, es inexplicable. Es bajar al garaje y se te acelera el pulso, te tiemblan las piernas y sonríes nervioso. Hasta desenfundarlo y hacer todo el ritual de arranque cada vez es eso, toda una ceremonia que hace a uno morirse de gusto y soñar con la historia del automóvil de la marca más mítica del mundo. Es subirse al coche y ver el cavallino en el centro del volante y nunca terminar de creerte que tienes uno entre las manos. Todo es duro, rudo y puro, pero al mismo tiempo destila lujo y exclusividad. El olor a cuero Conolly del interior y el diseño de cada uno de los componentes, carrocería e interior, es una auténtica obra de arte (guste o no, como el arte).
Arrancas y el rugido con el que te saluda es brutal. Algunas alarmas cercanas han sonado alguna vez nada más oírlo despertar. Mientras dejas que se caliente el aceite a su temperatura óptima, te recreas en todos los detalles y te sientes un tipo afortunado. Una vez que lo mueves (con mucho esfuerzo, pues no tienes dirección asistida) y todos los niveles están en su punto, ya puedes sentir de verdad lo que es un Ferrari de finales de los 80 ó principios de los 90 en todo su esplendor. Puede que sea el último de los Ferrari hecho para hombres (el último que realmente Enzo vio diseñar), que evoca la estética especial de los coches italianos de los 80, que al menos tanto me han hecho soñar a mi... En fin, el último de la era analógica: Un motor, puro diseño hecho arte y el hombre.
Pisas el firme embrague, metes primera abajo a la izquierda, acompañándose de ese clásico sonido de la palanca guiándose por la rejilla. La aceleración (5,6 s de 0 a 100) es bestial (no comparada con deportivos de hoy en día, sino comparada en su contexto y con sus rivales de la época), el cambio es duro pero muy preciso, requiere manejarlo con firmeza, no dudar nada y enseguida verás que es mucho más fácil de lo que esperabas. Es adictivo. El sonido es brutal, lo exprimes hasta las casi 8000 vueltas y crees que te va a dar un infarto. No quieres que te pase nada con él, pero quieres exprimirlo a tope. El respeto es increíble. Estás llevando algo muy especial (sólo 222 unidades realizadas en el caso del GTB, con 320 CV).
Una vez que te calmas, te sorprende gratamente: es cómodo (aunque los asientos son estrechos) y es muy amplio en su interior. En carreteras rápidas es muy fácil de llevar y es casi hasta un gran turismo. Lujoso pero espartano, rodeado de cuero en todo su interior, agradeces que te acompañe un climatizador, ah! y una radio (tapada y que no querrás casi nunca utilizar), y poco más. En viajes largos es una gozada, puedes realizar crucero a un ritmo realmente alto y cómodo. Cada vez te pide más. No olvides que alcanza 280 km/h y lo hace muy fácil.
Sorprende lo bajo que vas, lo plano que vira y lo estable que es. Frena bien (ABS Tevas) pero hay que pisar firme, muy firme. La dirección es magnífica, realmente directa. Volante perfecto y dirección sin asistir hacen que parezca un kart.
En ciudad es bastante insufrible (si eres tímido olvídate: unos te aplauden, otros te fotografían, otros te miran mal). Algunos se acercan demasiado y con peligro... otros te hacen la vida imposible al circular, por lo que tienes que armarte de paciencia... En carretera, lo mismo, muchos se querrán picar. Olvidan que es un coche que ya casi tiene 30 años desde que salió... mejor ir a lo tuyo y disfrutar.
Ventajas: ES UN FERRARI. Diseño, lujo, exclusividad, motor cambio y dirección. Amplio y cómodo. Sonido.... Un sueño. No quieres parar de conducirlo. Te bajas de él y te quedas mirándolo embobado durante horas... (¿esto es una ventaja?)
Inconvenientes: Maniobrabilidad en parado, y en ciudad. Consumo en ciudad. Acabado de algunos plásticos del salpicadero. Allá donde vayas no vives, pendiente de los demás. Un sufrimiento constante. Lo más parecido a estar con una mujer espectacular y dejarla sola en un bar de carretera porque vas al baño.
Realmente el 348 NO SE PUEDE COMPARAR con el S2000 porque son dos conceptos diferentes.
El S2000 te da muchos placeres a velocidades legales (en el 348 GTB vas muy muy rápido sin darte cuenta). El S2000 es totalmente usable a diario, y mucho más comparado con el 348. El S2000 consume menos, es mucho más cómodo en ciudad, pero es más cansado en viajes largos (sólo por el ruido y la habitabilidad) y tiene menos autonomía. Con el depósito del Ferrari (88 litros) a velocidades legales tienes casi el doble de autonomía que en el S2000. En ciudad prácticamente ólvidate del 348. Enseguida saltarán los ventiladores. ¡Este motor necesita respirar! Sólo mola para molar. ¡Aunque eso también mola mucho!
Ambos sonidos son BRUTALES y muy diferentes. El S2000, ya lo conocéis. Poco más os puedo decir. El S2000 es agudo, parecido a una moto, picudo pero lleno. El S2000 es espectacular, con unos matices en cada rango de revoluciones flipantes. El S2000 son dos coches en uno, y de 6 a 9000 vueltas es sensacional, único e inigualable. Me encanta. Y me gustan los dos. El 348 suena mucho más gordo, tira más, y sobre todo EL 348 TIENE MÁS PAR. El sonido del Ferrari es ópera pura. Es Pavarotti en su máximo esplendor. El del 3.4 V8 tira desde abajo mucho, es más gordo, se nota, y el V8 se hace sentir, sin embargo tampoco tiene fin hasta el corte. La potencia y el sonido acompañan linealmente todo el rato.
El cambio del S2000 es EL CAMBIO. No hay nada más que hablar. El del 348 también es bueno, mucho, y es icónico. Los recorridos son también muy cortos, secos y fáciles de engranar si uno no fuerza los movimientos. Es todo mucho más natural de lo que parece. Pero el cambio del S2000 es, creo, el mejor que he probado nunca. Y lo mismo digo de la dirección, pero de la del 348, puede que sea la mejor que he probado también. Sientes cada irregularidad de la carretera, cada piedrecita o cada junta de dilatación. Da mucha confianza, incluso en mojado.
El diseño es algo totalmente subjetivo, pero ambos me parecen preciosos, si bien el S2000 me parece tan bien realizado y tan bonito que me sigue enamorando. Ambos lo hacen, la verdad. Envejecen muy bien. El S2000 está mucho mejor terminado, y es infinitamente más moderno y elegante, pero a la vez muy deportivo. En cambio el Ferrari es algo icónico, hasta un niño de 3 años se queda sorprendido al verlo, es espectacular y deportivo, destila más lujo (más bien exclusividad) a pesar de esos pequeños detalles de los mandos de plástico pegajosos (fácilmente solucionable). El 348 es mucho más amplio que el S2000, e incluso su maletero (delantero) también es algo mayor.
Como véis son dos coches muy diferentes, pero ambos pasionales, únicos, sin sucesor.
Ambos forman parte de la Historia del Automóvil.
Editado por EDVTEC, 08 febrero 2019 - 10:32:15.