El escándalo de las emisiones obligó a VW Motorsport a retirarse de los rallyes como equipo oficial, después de dominar el WRC entre 2013 y 2016.
El departamento de competición decidió dar un giro y volcarse en los clientes privados, para lo que decidió desarrollar el Polo R5, vehículo apto para competir en la categoría WRC2 y en los campeonatos nacionales y continentales. Skoda Fabia, Ford Fiesta, Citroen C3 y el Hyundai i30 son sus rivales directos.
Se cree que el programa de Customer Racing reportará cuantiosos beneficios a la marca, teniendo en cuenta que cada vehículo tiene un coste aproximado de 250.000 euros y que generará un consumo importante de recambios, revisiones y actualizaciones.
Todo apuntaba a que el Polo R5 sería un arma imbatible. El coche debutó en el Rallye RACC 2018 con muy buenas sensaciones. Una de las unidades debutantes abandonó por avería, pero la otra se alzó al tercer peldaño del pódium de la mano de Petter Solberg.
Todo ello redundó en que se disparasen los pedidos del coche. En 2018 construyeron 15 unidades y para 2019 solo se admitieron 50 pedidos, máxima capacidad de producción.
El pasado noviembre empezaron las entregas a clientes y la primera victoria absoluta tuvo lugar en diciembre, en el Romjulsrally (Noruega). Comenzado 2019, las victorias siguieron llegando: Nasser Al-Attiyah ganó el Qatar Rally y Nicolas Ciamin el Rally Le Touquet - Pas de Calais.
Pero en marzo empezaron las dudas. Se conoció que varios pilotos reportaron problemas de dirección en compromisos de carácter internacional, como el Rallye de Azores (ERC) y el Tour de Corse (WRC). Las direcciones son suministradas por la empresa italiana Sportech. Volkswagen anunció a finales de marzo que investigaría si se trataba de piezas defectuosas o de un fallo que precisase del uso de un joker para arreglarlo. A su vez, en el Tour de Corse ardió sin motivo aparente el Polo de Eric Camilli.
En el Rallye de Argentina (WRC), el Polo R5 del polaco Kajetanowicz rompió la suspensión trasera en un pequeño salto. Los daños en el eje trasero y en el chasis fueron tan grandes que se vio obligado a abandonar. El piloto no dudó en mostrar su enfado públicamente y cancelar su participación en Chile:
“Lamentablemente, me veo obligado a tomar la difícil decisión de retirar mi participación de la próxima del WRC en Chile. Después del Rally de Argentina, el equipo regresó a Polonia. Decidí que participaré en alguno de los próximos rallyes del campeonato cuando el fabricante encuentre soluciones seguras y reales”
Previamente, otros pilotos del certamen CODASUR como Gustavo Saba y Miguel Zaldivar, también sufrieron problemas en la suspensión trasera de sus Volkswagen Polo R5.
Lo cierto es que en agosto de 2018, la unidad laboratorio "perdió" el puente trasero en unos test. Se filtraron unas fotos y VW salió al paso aclarando que se debió al resultado de probar el coche en condiciones extremas. "Es un coche para clientes y tenemos que comprobar estas cosas. No sería justo si nos comprasen un coche y tuvieran problemas con él porque no hubiéramos hecho las pruebas necesarias", dijo entonces el director técnico de equipo, François-Xavier Demaison.
Este fin de semana, se disputó el Rallye Islas Canarias, puntuable para el ERC. En el mismo debutó el primer Polo R5 llegado a España, propiedad de Teo Martín Motorsport. Al igual que en el caso de Camilli en Córcega, el coche se incendió y estuvo a punto de calcinarse.
Todos estos sucesos, han provocado que el Polo R5 esté bajo sospecha. Y que Volkswagen haya decidido acortar los períodos de revisión para este modelo y también ofrecer análisis exhaustivos extra sin costes adicionales, con el fin de hallar y solucionar los inconvenientes técnicos del Polo R5