EL PERIODICO:
Coldplay juega y gana a lo grande en el Sant Jordi
• La banda inglesa firmó anoche otra goleada en su paseo triunfal por el mundo
Coldplay, en un momento de la recta inicial de su actuación de anoche en el Palau Sant Jordi. Foto: ÁLVARO MONGE
NANDO CRUZ
BARCELONA
Coldplay ha ingresado en la Liga de las Bandas Extraordinarias. Si no por su estilo, extraordinaria y apabullantemente convencional, sí por la dimensión e impacto de su música. El cuarteto inglés, que había agotado las 18.000 entradas del Palau Sant Jordi, hizo ayer todos los méritos para convertirse en el nuevo grupo favorito de la ciudad. Además de firmar un pase apoteósico, su cantante, Chris Martin, celebró siempre que pudo la victoria del Barça sobre el Real Madrid.
El mensaje era claro: el Barça y Coldplay han nacido para ganar. Y la aparición de Frank Rijkaard en las gradas, minutos antes del inicio del concierto, ya anunciaba goleada. El entrenador holandés fue recibido con una ovación propia de reyes y eso que sólo era la estrella invitada. Fue el único que restó algo de protagonismo a Coldplay, ya que la telonera, Goldfrapp sólo fue una cheerleader electro-rock antes del partido.
EL 3-0 DE CHRIS
MARTIN
El partidazo empezó con Square one, la pieza que abre su último disco, X & Y, y Politik. De entrada, dos inapelables muestras de su capacidad para crear canciones de dimensiones gigantescas para llenar recintos no menos inmensos. En la tercera, Yellow, cayeron del techo unos gigantescos globos amarillos. Y luego Martin empezó God put a smile upon your face encajando "Barcelona 3 Real 0" en la letra de la canción y repitiendo "3-0- 3-0, 3-0" en el crescendo instrumental. Si eso no es querer quedar bien con el personal, que venga Bono y lo vea. El líder de U2 se creía el más enrollado con su "uno, dos, tres, catorce" y el niño rubio le ha robado el puesto con la que será la combinación numérica más celebrada de la temporada liguera.
Martin no tardó en preguntar a sus fans: "¿Todos contentos?". Lo hizo en ese castellano que ha aprendido de su esposa, la actriz Gwyneth Paltrow. El que aún no se hubiese contagiado de su euforia, tendría oportunidad de hacerlo con la épica White shadows y la recogida The scientist. Ambas canciones probaron lo muy cómodos que se sienten Coldplay tocando para 18.000 personas. Daba la impresión de que sus días en locales para mil personas fueron una innecesaria pérdida de tiempo.
Una pérdida de tiempo fue el bloque acústico con 'Til kingdom come (prorrogada con una sosa versión de Ring of fire de Johnny Cash) y Don't panic. Para colmo Martin se equivocó en ambas. Nada mejor para remontar que Clocks y Talk, dos títulos medianos que, impulsados por una apoteósica sonorización y un apabullante diseño de luces e imágenes, devolvieron a Coldplay a su lugar. A lo más alto del rock de estadios. Junto a los U2 de Achtung baby y los Depeche Mode de Music for the masses.
Ya en los bises, Martin se mezcló entre el público para cantar In my place. Los fans de la grada izquierda pudieron abrazar al joven, ágil y apuesto nuevo Papa del rock de estadios Benedicto X&Y. Él y su banda habían conquistado otra ciudad más con esas canciones que se te vienen encima como aludes para dejarte empapado y aturdido. No todas calaron por igual, pero mostraron siempre a una banda que sabe cómo tocar, sonorizar e iluminar para jugar a lo grande y ganar por goleada.
Seguro que cuando Rijkaard quiera reforzar el espíritu ganador del equipo pensará en canciones como las que escuchó anoche. La de Coldplay es música para ganar dando espectáculo. Un gran espectáculo.
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LA VANGUARDIA
EL POP QUE EMOCIONA
Coldplay cautiva al Sant Jordi
El grupo inglés desgranó los temas de ´X& Y´ ante más de 18.000 seguidores
El éxito cosechado anoche en Barcelona es un paso más en el camino hacia la leyenda
XAVIER ALDEKOA - 21/11/2005
Barcelona
Buenas tardes, bienvenidos!". Con este grito, el líder de Coldplay, Chris Martin, dió el pistoletazo de salida a una de las noches más memorables que se han vivido en el Palau Sant Jordi en los últimos años. La banda británica está en estado de gracia y ayer lo corroboró en la capital catalana. Más de 18.000 personas abarrotaron las gradas del estadio para asistir al concierto de presentación de su último trabajo, X& Y.
Minutos antes de que la banda apareciera en el escenario, se respiraba ambiente de fiesta en un Sant Jordi lleno hasta la bandera. La irrupción entre el público del entrenador del FC Barcelona, Frank Rijkaard, despertó los primeros aplausos de casi todo el estadio - aún de resaca deportiva tras la victoria azulgrana en el Bernabeu del sábado- y acabó de caldear el ambiente. Minutos después, casi con puntualidad británica, apareció el cuarteto inglés sobre un sobrio escenario entre una atronadora ovación. Vestidos de negro, a excepción de las habituales zapatillas blancas de Martin, y sin espacio para adornos excesivos en el escenario, Coldplay abrió la noche con el primer tema de su nuevo disco, Square one.
La formación inglesa dejó clara desde el principio su intención de revisar sus mejores temas al echar un vistazo a sus discos anteriores de la mano de Politik y Yellow.La segunda canción, de su segundo disco, A rush of blood to the head,es una muestra del carácter comprometido de la banda y fue escrita días después del ataque terrorista del 11 de septiembre en Nueva York. En el tercer tema de la noche, Coldplay recuperó el que es quizás el tema más emblemático de su primer álbum, Parachutes.Mientras unos enormes globos amarillos caían sobre del cielo, el público casi silenció la voz de Martin en un inicio de noche eléctrico.
"En matemáticas X e Y son siempre las respuestas, pero en la vida nadie sabe". Así explica Chris Martin el título de su último disco. A tenor de lo visto anoche, no una, sino varias respuestas se encuentran detrás del meteórico ascenso de Coldplay desde el anonimato hasta convertirse - con poco más de cinco años de vida- en una de las formaciones con mayor renombre internacional. Según el concierto de ayer, la gran aceptación de su pop melódico y enérgico y la conexión con el público en sus directos parecen ser algunas de esas respuestas. Tras un inicio arrollador, la banda formada por el cantante y pianista Chris Martin, el guitarrista Jon Buckland, el batería Will Champion y el bajista Guy Berryman logró una total comunión con su público al abordar temas como X& Y,See the world o The scientist.La propuesta musical de Coldplay, amenizada por la habilidad escénica de un Chris Martin muy motivado ayer y que se atrevió varias veces con el español para animar al público, se caracterizó por ceder el total protagonismo a la música y a la fuerza melódica de sus canciones.
El único pero de la noche fue la duración del concierto, de apenas una hora y 20 minutos (MENTIRA...DURÓ CASI 1H40), que supo a poco. Arropados por una impresionante acogida de su gira y unas cifras de ventas mareantes, el excepcional éxito de anoche en el Sant Jordi es un paso más en el camino hacia la leyenda que Coldplay parece empeñado en recorrer.
Editado por koni, 21 November 2005 - 05:11:55.
