No extiendas tus manos blancas por miedo a recibir en ellas el peso de tu conciencia. Calla, mira hacia otro lado del círculo, corre antes de que caiga el último que no seas tu. Amordaza las vidas de los tuyos a tus principios, incuestionables, de un solo golpe aléjalos de la realidad porque nunca será la tuya.
Ponte las botas de látex y camina sobre el suelo de los cadáveres de aquellos que han dejado morir su sexo tras la sentencia del horrible, el innombrable.
Atrévete con consentimiento absoluto de la mayoría a pintar de negro las puertas ajenas, a poner un mismo nombre a los que padecen, a los que piden ayuda, a los culpables negados de presunta inocencia antes que ceder tu miedo ante la boca de los que no hablan tu discurso.
El Internacional del Sida es un día para la reflexión, espero que no nos olvidemos el convivir diario con esa enfermedad que esta SIEMPRE presente y podamos ser más humanos.