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Pero esta tarde mi insensatez y exceso de confianza al volante me la han jugado.

La única pega que tenía el coche y que había dejado por reparar para el mes que viene, por falta de euros, ha sido la causa del desenlace. Las cubiertas traseras, unas Avon, están deformadas, y se olle un fuerte ruido de rodadura a la que pasas de 40 km/h.
Como hacía dias que llovia sin parar, y hoy hacía bueno, me he ido con un colega a hacer unas curvitas a la carretera de Cerdanyola, una de mis favoritas. Todo iba de miedo, el coche anda una barbaridad, y la suavidad y el tacto que me estaba proporcionando me tená casi extasiado, lo que ha hecho que me olvidase el estado de las ruedas...
Ha sido al entrar en la zona "húmeda" de la montaña, donde no había pegado el sol y el asfalto aún estaba húmedo. La primera curva fuerte de ese tramo, he cruzado el coche y sin previo aviso se me ha ido de atrás, y he incado el morro bajo el "quitamiedos", quedándome atravesado en la carretera.
Aquí os pongo unas fotos:



Lo importante es que no nos haya pasado nada, ni siquiera saltó el air-bag, lo cual se agradece. De mecánica en principio no le ha pasado nada. Y bueno, aparte de haber aprendido bastante, ahora me lo podré tunear

Un saludo.