
Pisé el freno y lo ví desaparecer... ya casi estaba parado cuando sentí el golpe y volví a ver al perro, pero rodando carretera abajo hasta que paró (rodaría unos 3 o 4 metros) y salió corriendo. Seguí unos metros para apartarme y parar cuando ví por el retrovisor a un tío que, a la que paré, desapareció. El dueño, vamos, que pasando de lo que le había pasado a su perro sólo pudo pensar en no tener que pagarme ningún despefecto.
Me dobló un poquito la matrícula pero a lo que voy es que vaya irresponsabilidad tener al perro suelto junto a una carretera con mucho tráfico y lo que es peor, salir a ver qué pasaba al oír el aullido del perro y luego echar patas a la que me vio parar. No tendría seguro ni leches. Lamentable. Y si encima llego a llevar a álguien detras, con lo que respeta el personal las distancias de seguridad, me encula.
No sé lo que le pasaría al perro, quizás un hueso roto o haya muerto al poco rato porque la verdad es que arrollarlo y verlo rodar así fue un poco fuerte
