Gracias por las respuestas.
Ha podido...
... el corazón.
Ya tuve la suerte hace unas semanas de poder probar ambos modelos, uno tras otro, y así apreciar las virtudes y defectos de cada cual. Lo peor que caté el diesel después del gasolina y no al contrario, y aquella sensación de empuje más me hizo dudar.
Con lo poco que lo probé ya me di cuenta que su sexta es para llanear en llano llanísimo y sin viento en contra, y que las recuperaciones a bajas vueltas... hay que cambiar el chip TDi por el i-vtec. Tampoco es el más silencioso del mercado, aunque una unidad recien salida de fábrica todavía tiene mucho que decir con un poco de tiempo encima.
Pero soy de ésos que vuelven la cabeza cuando escucha un "6 en línea" de BMW, o su 4L 2.2. O este mismo 2.0 de Honda en cuanto sube de las 4.000.
Disfruté como un enano con un 1.2 TSi que alquilé recientemente, y no por su buen andar, que lo tenía, si no con esa sensación de coche parado por la ausencia de vibraciones.
Incluso cada vez que cojo el 1.5 de MB de un familiar, cepo donde los haya, también me hace echar de menos la gasolina.
Mirando los kilómetros anuales, me he puesto a pensar cuántos necesitaría al aňo para amortizar unas llantas chulas, o una tapicería de cuero. Y luego ya no he tenido tiempo de hacer los cálculos sin saber cómo estará el precio de la sin plomo dentro de no mucho, o a cómo se cotizarán los filtros de partículas diesel.
Sensaciones.
Así que no me ha quedado otra:
2.0 i-vtec Lifestyle.
Sensaciones que a mí me van a costar 2.500 por la diferencia entre el 1.6D y el 2.0i, más los 300 - 500 en combustible al aňo.
Y como extra me llevo la tracción del eje trasero.
Ya contaré.
Saludos de 95 octanos.
Editado: para corregir, que escribiendo con el móvil ésto es difícil. Correctores...
Editado por jufrayes, 03 diciembre 2013 - 00:22:07.