Pues sí amigos, después de un viaje de ida fantástico Barcelona-Madrid, en el de vuelta por primera vez un coche me deja tirado. A la altura de Ateca (Aragón) en unos repechos que hay en la A2, el coche empezó a perder fuerza a 140 hasta llegar a 100 y por mucho que pisara a fondo no había manera de hacerlo subir y poco a poco perdía velocidad.
Unos 500 metros después decidí parar en el arcén y vi como la aguja de la temperatura subía hasta el máximo y paré el coche. Abrí el capó y no estaba excesivamente caliente, pero tiré de RACC, coche de sustitución (Nissan Juke, una maravilla de la hinjeñeria), y el Prelude en un taller de Calatayud.
Hoy me llamarán para ver qué avería tiene y si voy a recogerlo o me lo traen.
Luego os cuento.