Yo lo que denuncio sobre todo es que parece que ante un problema los políticos tiran por la vía fácil, "prohibir la circulación a los vehículos más antiguos", "un día las matriculas pares otro las impares", "prohibir la circulación en el centro"... no hay que ser de la NASA para pensar cosas así.
Todo eso son "soluciones" obvias que no demuestran ninguna competencia de nuestros políticos y administradores, una medida así también puede pensarla mi vecino paleto que no sabe hacer la O con un canuto. En la empresa privada eso es inconcebible e inaceptable, como muchos sabeis trabajé 25 años para Honda pero lo mismo aplica a cualquier empresa privada seria, si ante un problema de envergadura comparable yo voy y le presento a la dirección las tres medidas que he mencionado como ejemplo me dan una patada en el culo, os lo aseguro.
Para tomar cualquier decisión o medida importante hay que currárselo de verdad, hacer un montón de estudios detallados, simulaciones, contemplar muchas posibles alternativas, hacer un concienzudo análisis de las ventajas e inconvenientes de cada una.... y normalmente se demuestra que la mejor medida no es la más sencilla sino una compleja, que requiere más esfuerzo para implementar pero que es la más eficiente y eficaz para conseguir los objetivos que se persiguen.
Pero cuando leo que deciden medidas como esta me entra la mala ostia porque me parece evidente que nuestros dirigentes no han hecho nada de esto, simplemente tiran por la vía más fácil y que además complace a otros intereses del sistema (p.e. venta de coches nuevos, recaudación...)
¿Han contemplado por ejemplo la posibilidad de instalar catalizadores modernos a esos vehículos más antiguos para reducir su nivel de emisiones? No tengo ni idea si es factible o eficaz, solo lo pongo como ejemplo, me gustaría ver que antes de decidir una medida ante un problema de este calado se han contemplado muchas alternativas y se ha optado por una determinada tras un concienzudo estudio. Es contra eso que me rebelo, contra la aparente incompetencia o pereza de nuestros dirigentes comparado con lo que se nos exige a cualquiera de los que trabajamos para la empresa privada.