Uno de los mayores problemas cuando se compran un coche es lo mucho que cuesta asegurarlo. Una compañía británica propone ahora una fórmula revolucionaria: pagar el seguro sólo cuando se conduce.
Generalmente, los precios de los seguros, sobre todo para conductores noveles, son tan altos que dificultan la compra del vehículo. Norwich Union Insurance, una aseguradora británica, se ha inventado un método sorprendente para aligerar las cargas que sufren los conductores cuando tratan de asegurar su coche. Propone que sólo se pague por los días que se conduce. Es decir: las primas se abonaran en función de los días reales que se haya hecho uso de ella al conducir.
En Norwich explican que nueve de cada diez personas preferirían que su seguro automovilístico reflejasen la utilización que hagan de su coche y el empleo que le den a su coche. Es decir, la inmensa mayoría estaría de acuerdo con un sistema de pago en demanda: pagar por lo que se usa, como con la electricidad.
Ni corta ni perezosa, la compañía ha decidido aplicar la idea a sus pólizas de seguro. El sistema es relativamente sencillo: se instala en los coches una “caja negra” conectada por GPS con un ordenador central. Cada vez que el coche se pone en marcha, la caja envía los datos del trayecto a la computadora, que, a fin de mes, emite una factura desglosada parecida a las de las compañías telefónicas. En ella se explicará cuánto se ha movido el coche y cuánto hay que pagar por esa cobertura. El sistema informático ha sido desarrollado por IBM.
De momento, Norwich Union ha puesto en marcha la iniciativa como un programa piloto en el que sólo tomarán parte 5.000 voluntarios. La compañía asegura que tiene muchos más conductores dispuestos a someterse a la prueba de los que puede aceptar, con lo que parece claro que la idea ha gustado a los británicos. Se espera que los ensayos acaben en 2006, con lo que, a partir de entonces, se comercializará abiertamente este nuevo producto. En principio, podría aplicarlo sólo a clientes que tengan entre 18 y 21, que son los que más dificultades tienen para conseguir seguros asequibles.
Los responsables de Norwich explican que su idea supone una ruptura revolucionaria en el cálculo de las primas y, además, da un gran control al cliente, que dispone de mayor flexibilidad y capacidad de elección.
A largo plazo, el sistema podría permitir que el usuario supiese en cada momento cuánto se ha gastado en seguro, lo que le dará la posibilidad de decidir si le conviene utilizar más el coche o no. Además, los costes de amortización de los vehículos bajarían notablemente al no tener que pagar seguro cuando están quietos. Otra ventaja es que, al estar localizado el coche por satélite, la compañía puede enviar ayuda mucho antes en caso de accidente o avería.
