Escrito 04 agosto 2004 - 20:36:47
Bueno Guille, ante tu insistencia.... me saldrá un ladrillo, pero aqui va la editorial completa de motocicilismo..
La nueva DGT lo tiene al parecer muy claro y no cambia, si acaso a peor, con respecto a direcciones anteriores. Su mejor forma de reducir, o más bien de intentar justificar, la alta siniestralidad en nuestras carreteras, pasa como siempre por aplicar la fórmula de intimidar, asustar y naturalmente descargar todas las culpas sobre el conductor, siempre víctima y siempre culpable, según la Administración, de sus propias desdichas. Muy poco importa que esta fórmula no haya dado resultado alguno en las últimas décadas, el mismo mensaje se repite machaconamente una y otra vez en boca de unos y otros mandatarios y gurús de la seguridad vial. Tan archiconocido mensaje lo hemos visto una vez más estos días, porque nos lo han metido por los ojos en los paneles informativos de nuestras carreteras: «La velocidad puede matar». Así en genérico, en su acepción más amplia. ¡Ni te muevas!…, porque cualquier desplazamiento, hasta el del caracol, implica hacerlo con velocidad y eso puede matar… Mejor quédate bien quieto para no ser muerto por ese terrible azote que es «la velocidad». Otro mensaje nos recordaba estos días: «Alcohol + conducción = Accidente» Aquí ya no se afirma que el alcohol puede matar, y que mata bien muerto, además de por cirrosis, porque año tras año está presente en la sangre del 50 por ciento de los muertos en nuestras carreteras.
Con la velocidad se insiste más, cuando su porcentaje de presencia en la siniestralidad es mínimo comparado con el alcohol o las distracciones. Pero la velocidad es un formidable «chivo expiatorio» para justificar lo injustificable y cargarle todos los males. Con «la velocidad» no hay piedad posible, con el alcohol lo dejamos en «accidente» no en muerte y por supuesto seguimos vendiendo alcohol a mansalva, a pie de carretera en las gasolineras, levantando incluso para ello la prohibición que había de hacerlo en la comunidad de Madrid. El «lobby» de estaciones de servicio y los ingresos al estado por las tasas del alcohol, deben pesar tanto como los millonarios ingresos generados con la persecución de la velocidad.
El tercer mensaje de los paneles del fin de semana tampoco tenía desperdicio: «52 muertos el mismo fin de semana en 2003». Nada mejor para salir de viaje que lastrar nuestras conciencias y oprimir nuestros sentidos… Información que además era sesgada… Porque el mismo fin de semana de 2003, no fue de dos, sino de tres días, con un viernes festivo. Dato importante, pero anecdótico cuando lo preocupante es esta nueva forma de hacernos tragar la información y doctrina de la DGT utilizando unos paneles que no se construyeron para estos propósitos, sino para ofrecer mensajes directos, útiles y prácticos para una conducción más segura.
Puestos a poner «mensajes», ¿porqué no vimos en los luminosos frases útiles del tipo: «Se aproxima a un punto negro donde ya han muerto 17 en 2003. Y todavía no lo hemos cambiado» O también algo como «Los guardarrailes matan y mutilan. Pero no los protegemos» o «En esta carretera han muerto ya 36, pero no la desdoblamos» o «Las distracciones al volante causan la mayoría de los accidentes, no lea este panel»…
Por que si habíamos eliminado por ley la publicidad de las carreteras -indultando únicamente al toro de Osborne- para no distraer a los conductores, ¿por qué ahora esa misma ley permite que se nos agobie y distraiga –que es la principal causa de accidentes- con los mensajes de la DGT? Verter más y más sangre y más intimidación sobre el conductor, como responsable de los accidentes, como se hace en las campañas de la DGT, era difícil de superar, pero los paneles suponen en esa línea una vuelta de tuerca más, aunque demostrado está que por ese camino no se reduce la siniestralidad.
Con esta información «en vena» y «quieras que no», que recuerda a la de otros tiempos en países con estados opresores y paternalistas, podemos esperar que nos pongan altavoces en las áreas de descanso para lanzar luctuosos mensajes sobre los muertos y los peligros de la velocidad en nuestras carreteras…, mientras nos venden «packs» de cerveza en las gasolineras. ¿Pondrán también paneles luminosos en las puertas de discotecas y bares advirtiendo de los peligros del alcohol y las pastillas? ¿Nos advertirán con paneles en los restaurantes, sobre los peligros y efectos de los lípidos y grasas en la hipertensión y el colesterol?
El recurso a los mensajes intimidatorios es la más clara demostración de impotencia para resolver los problemas de la siniestralidad. Inviertan seriamente en eliminación de puntos negros, en mantenimiento, señalización, infraestructuras y autopistas de verdad, líbrennos de tantas trampas, guardarrailes y asfaltos infames, y verán como cambian las cosas sin necesidad de criminalizar a la velocidad, ni de sacarnos los muertos a la carretera cada fin de semana para asustar con unos paneles que no se hicieron para eso .
Augusto Moreno de Carlos
Ale, ladrillo al canto.