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Picando Biela (Relato de quemados)


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210 respuestas en este tema

#161 FerregachoGZ

FerregachoGZ

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Escrito 22 noviembre 2010 - 17:21:16

Viernes, 26 de julio de 1996 - sábado, 27 de julio de 1996.

Llegué a Lugo un par de minutos más tarde, Sara estaba esperándome en donde le indiqué, seguramente, algo mosqueda por la tardanza. Aparqué a su lado, estaba apoyada en una aleta de su Escort, con el talón metido en el paso de rueda y haciéndome la burla por haberme ganado. Como tenía mi ventanilla abierta, empieza a hablarme:

- ¿No era qué este coche corría mucho? - me pregunta, burlándose de mi coche.

- Parece que algunos corren más. - le contesto, sacándome un paquete de tabaco del hueco de los casetes.

- Bueno, ¡aún me siguió el ritmo, eh! Ningún otro RS Turbo lo había conseguido.

- J@$~#R, ¿pero qué llevas montado en tu coche, tía? - le pregunto.

En ese mismo instantante, aparecen los dos hermanos en el Calibra. Con toque de sutileza, paran el Calibra de todo con el freno de mano, creando una polvoreda de la ostia. Se baja Luis, uno de los hermanos y se dirige a Sara:

- Oye, ¡guapa! - cierra la puerta del Calibra - ¿Qué cojones lleva tu coche para andar tanto? - le pregunta.

- Una pregunta interesante, se la estaba preguntando ahora mismo. - me dirigo a Luis - ¡Díganos usted qué lleva en su trasto! - le sigo la corriente a Luis, en mi caso, tratando de ser un poco gracioso y simpatizar con la morena.

- Mira... - me saca un cigarrillo del paquete de tabaco, sin mi consentimiento - ¡Guapo! - dice, haciéndole la burla a Luis - Por ahora, solamente una persona sabe lo qué llevo en mi coche nadie más lo sabrá y menos, unos pijeras de Lugo. - le contesta riéndose, encediéndose el cigarro.

- Tranquila, chica de la calle. - le responde Luis, riéndose - A ver, ahora en serio, ¡cuéntanos qué llevas montado en el RS Turbo!

- ¡No os lo voy a contar, eh! - le pega una calada - Y si os lo tuviese qué contar, tendría que mataros. - nos dice, riéndose.

- ¡Buuuuuuuuf! - balbuceo - ¡Vaya rollo de 'femme fatale' qué te mandas, tía! - le digo, riéndome.

Salimos de allí para ir a tomar una copa y de paso, invitar a Sara, se lo había merecido. Aparco mi Escort en un parking de la ciudad para que Sara me llevase en el suyo, se lo había pedido en la entrada de Lugo y no me lo había negado. Sara estaba fuera esperándome, me dirigo junto a ella y le peto en el cristal:

- Qué, ¿me llevas a dar una vuelta fuerte en tu coche antes de ir al local ese que te comenté? - le pregunto.

- Bueno, ¡cómo veas! - me responde - Móntate y ponte los arneses.

- ¿Los arneses? - le pregunto extrañado, mientras me coloco en Recaro - ¿Esto lleva arneses?

- ¡Hoooome, no los va a llevar!

Busco los arneses y me los pongo, estaban enganchados a un hierro curvado con unos puntos de soldadura digamos qué, no muy fiables la verdad. Al enganchar los arneses, Sara mete segunda, acelera a tope y suelta embrague:

- ¡Joooooooder! - grito, al ver como salía el coche.

- Y eso que meto segunda, ¡si meto primera acabamos encima de la acera! - me responde riéndose, refiriéndose a la pérdida de tracción.

Yendo por un acceso de carretera nacional, nos encontramos con un Golf GTi 16v de la ciudad, que poco más conocía de vista:

Imagen Enviada

- ¿Qué opinas del Golf GTi, el dieciséis válvulas? - dice, mientras se coloca detrás del Golf.

- ¡Buuuuf! - balbuceo - No te sabría decir, ¡es un coche que no me atrae, tía! Pero, creo que debe andar lo suyo, ¿eh? - le respondo.

- Pues, ¡comprobémoslo!

Acto seguido, Sara se pega aún más al Golf y le da un par de ráfagas con los largo alcance, en ese mismo instante, el Golf comienza a acelerar:

- Mira, ¡ahora meto tercera y ya verás! - me dice, yendo en segunda a 40 km/h.

Deja ventaja al Golf y Sara, pisa a fondo. Entramos en la nacional y tenemos otro carril más, el contrario, separado por una doble continua. Veo como el tacómetro sube cada vez más, el sonido del turbo se hace más fuerte y como nos acercamos al Golf. Antes de cortar encendido, Sara cambia a cuarta y pone intermitente para adelantar al Golf, nos ponemos a su altura y Sara suelta un poco, para verle la cara al conductor del Golf:

- ¡Chaoooo, pringaoooooo! - le dice, subiendo la ventanilla del copiloto, despidiéndose con la mano.

Sara pisa a fondo y aquel coche, sigue acelerando como un condenado, parecía que aquello no tenía fin. Al salir de una curva, le perdimos la vista al Golf por el retrovisor.

- Hasta podría hacerlo en cuarta, pero si no funcionaba, quedaría mal ante ti. - me dice, riéndose.

Volvimos al pub, en donde se encontraban los hermanos y le invitamos a un par de copas, como ya comenté, se lo había merecido.

Al día siguiente, ya en cama recuperándome de la noche anterior, empieza a sonar el teléfono y veo que me llama Cachiro:

- ¿Sí? - respondo - ¿Qué pasa, tío? - le pregunto, medio dormido.

- ¡Han arrestado a Casares, tío!



#162 FerregachoGZ

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Escrito 27 noviembre 2010 - 18:46:40

Sábado, 27 de julio de 1996.

Casares la había cagado, en un control rutinario de la Guardia Civil se había encontrado con el agente que le había tocado las pelotas unos meses antes, concretamente el día en que Elena se había enterado de todo mi rollo. Cachiro me había contado lo siguiente:

"¡Se veía venir, tío! Al parecer, según el Comisario, pararon a Casares en el Cosworth e iba un poco encocado. El Guardia Civil empezó a tocarle los cojones y ya sabes como es Casares, aún por encima, algo puesto. Abrió la puerta del Cosworth de golpe y con el marco, le reventó la nariz al Guardia, a posta. Luego, el compañero del Guardia al ver el percal, se acercó a ver que cojones pasaba y nada, también recibió lo suyo al intentar apartar a Casares del primer agente."

Salí de casa y me dirigí al caserón de Paquiño en el Escort. Por el camino, pensaba en que todo se iba ir al traste, que empezaríamos a caer como mosquitos y posiblemente, acabaríamos en la cárcel. Lo se, creo que he visto demasiadas películas de Scorsese. A los veinte minutos, llegué al caserón, en la entrada estaba en Kadett de Cachiro y el Escort de Sara:

- ¿Y el Comisario, tío? - me preguntaba a mí mismo, entrando en la parcela.

Aparqué el coche y toqué el timbre:

- Sí, ¿quién es? - me preguntaba la críada de Paquiño, una sudaca de muy buen ver, que tenía Paquiño a buen recaudo.

- Soy Pablo. - le respondo.

Entré dentro y allí estaban, Sara, Cachiro y Paquiño sentados en el sofá hablando del percal, con una copa en cada mano.

- ¡Buenas a todos! - les saludo.

- Chavalín, ¿qué? - me saluda Paquiño - ¿Te parece normal el rollo de Carlitos? - me pregunta.

- Hombre, me parece que todos opinamos lo mismo. Hay que saber controlar a Casares, pero, ¡pero ya! - le respondo, mientras me enciendo un cigarrillo.

- No, eso no. - dice Paquiño - ¡Hay que pasar ampliamente de Casares, chavalín! Dejarle pasar una temporada entre rejas y que se relaje.

- Bueno, tampoco nos pasemos, ¿de acuerdo? - suelta Cachiro - Si no fuese por Casares, aún estaríamos pasando porros en la calle.

- ¿Y qué? - responde Paquiño, directamente - Si Pereira se entera de que han arrestado a Carlos, ¿qué hacemos? - corta el rollo y se dirige a su críada - ¡Clarisaaaaaaaaaa! Ponle una copa a Pablo, ¿qué quieres tomar, chaval? - se dirige a mí.

- Licor de melocotón, mismamente. - le respondo.

- A ver, ¡Paquiño! Entre tu y yo, hay que hacer cambiar a Casares, ¡como bien dice Pablo! - dice Cachiro.

- No es eso, es que lo vamos a sacar de la Comisaría y aún es capaz de echarse otra noche de fiesta, encocarse aún más y armarla. - responde Paquiño - Ya son muchas veces que hemos tirado de billetera para sacarlo de sus marrones.

- Por una más, no creo que pase nada. - le responde Cachiro.

Cachiro consiguió convencer a Paquiño para intentar sacar a Casares 'a base de billetera', como siempre. Ahora el caso, era si podría salir tan fácilmente del marrón. Cachiro, Sara y yo salimos del caserón de Paquiño, mientras salíamos de la finca, Cachiro me agarra disimuladamente:

- Ahora me sigues la corriente. - me dice al oído y en ese mismo instante, Sara se da de cuenta -
¡A ver, Pablo! Dame un puto 'piti', que estoy que me tiemblan hasta las uñas. - me dice, esto último mirando a Sara mientras se ríe.

- ¡Aiiii! Qué pareja más mona hacéis, en serio. - nos dice Sara riéndose, mientras abre la puerta de su coche.

- ¡Bueno, carallo! - contesto a Sara, riéndome - Cachiro no es mi tipo, aunque tiene su 'chas' (expresión como queriendo decir; 'sería la ostia'). - digo, mientras empezaba a manosear levemente a Cachiro, para seguirle la coña a Sara.

- Sácateme de ahí, ¡bujarrón! - me dice Cachiro, descojonándose mientras trataba de apartarse de mí - Yo ya sabía que te iba el rollo del Lunero (el travesti de León, al que casi le da una sobredosis con nuestra mercancía), aunque bien dejaste que le hiciese yo el boca a boca.

- Esas cosas habladlas en casa. - nos corta Sara - A ver, ¿qué vais hacer? - nos pregunta.

- Nos iremos cada uno a su casa, ¿o qué, Pablo? - se dirige Cachiro hacia mí - Por ahora, toca relajar y desconectar.

- De acuerdo, ¡como veáis! - nos dice Sara, mientras se monta en el Escort - ¡Hasta luego, chicos! - se despide, mientras arranca el coche.

Sara sale de allí algo fogueada, cuando le perdemos la vista, Cachiro me dice:

- Venga, te vienes conmigo a hablar con García. ¡A ver qué cojones hacemos con el tema de Casares!

- Pero, ¿hoy trabaja? - le pregunto, extrañado.

- ¿Y? - me dice, mientras se dirige hacia su coche - ¡Es una situación de emergencia, chaval!

Montamos en los coches y nos dirigimos al Capone (el pub estilo 'años treinta'), en donde se encuentra el Comisario. Cachiro no se fíaba de Sara, era normal, no la conocíamos ni de hacía 24h. Aparcamos cerca y entramos, en la misma entrada del pub estaba aparcado el 190E del Comisario. Entramos al pub y le vemos en una de las mesas del fondo, sentado en un sillón de cuero.

- ¡Buenas tardes! - saluda Cachiro al Comisario.

- ¿Qué tal, chavales? - nos pregunta, mientras se bebe el último sorbo de su copa de whiskey.

- Usted bien sabe como andamos, ¿eh? ¡Bien jodidos! - responde Cachiro, mientras nos acomodamos en los demás sillones.

Pedimos un par de cremas y el Comisario, otro whiskey de 'doce años'. Intentamos enterarnos de algo más sobre Casares, pero seguía en el calabozo y hasta el lunes no tendríamos novedades. El Comisario, nos explicó lo que le pasaría a Casares:

- Mira, ¡Cristóbal! - se dirige a él, con el dedo índice en alto - La pena por agresión a un agente es de, ¡creo qué tres años! - se enciende un cigarro - Tampoco me hagas mucho caso, pero por ahí anda.

- ¡Me cago en Diooos! - exclama Cachiro - ¿Tres añazos?

- Ahora, espera qué acabe, ¿no? - le dice el Comisario, a la vez que le pega una calada al cigarro - Intentaremos reducir la pena a base de billetera más, por mi parte, cobrándome algún favor en los Juzgados. Seguramente... ¡una temporada mínimo!

#163 FerregachoGZ

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Escrito 29 noviembre 2010 - 21:25:04

Viernes, 2 de agosto de 1996.

El ejemplar de 'El Progreso' del domingo, contenía una pequeña noticia en la sección de sucesos:

Un joven ebrio, agrede a un agente en acto de servicio.

Un joven, C.C.G, agredió a un agente de la Guardia Civil la madrugada del viernes, mientras este último estaba en acto de servicio a las afueras de la capital. Esa misma madrugada, se procedió a la detención y traslado hasta dependencias policiales del joven.


Hoy nos reuniríamos con Casares, teníamos un 'vis a vis' con él, gracias a García. Aclararíamos el modo en que actuaríamos a partir de ahora sin él, si seguiríamos con los mismos métodos o con los mismos proveedores, ¡cosas de mafiosos, vamos! Salí de casa a las 17:00h, tenía que ir a buscar a Cachiro que estaba esperándome en su casa, junto con Sara. Llegué allí y salieron:

- Sara, ¿qué? - la saludé - ¿Llevas un conjunto 'sexy' debajo de la camiseta de Los Suaves para contentar a Casares?

- Anda, no digas gilipolleces. - me contesta Cachiro, seriamente.

- ¡Tranquilo, tío! - le contesto.

- ¡A ver, Cachi! Relájate un poco, tío. – le dice Sara, montándose en el asiento trasero del Escort.

- ¡Buuuf! Tiene razón, tío. Desde que han metido a Casares, ¡no hay Dios qué te aguante! - le contesto, con mucha razón.

- ¡Eh! No me jodáis, ¿vale? - levanta la mano con el dedo índice en alto - Mientras vosotros andáis a ‘carreritas’ y caralladas así, yo estoy intentando resolver este 'embrollo'.

- Ya lo sabemos, pero Casares se ha pasado y el tema está medio solucionado. – salgo a la calle y empiezo a conducir – ¡Ya no hay nada más qué hacer! Hablaremos con él y empezaremos de nuevo a ‘chollar’.

- No, ¡si tienes más razón qué un Santo, tío! Pero, no sé. – se saca un cigarrillo y se lo enciende – Se me queda grande el rollo y a vosotros, también.

Llegamos a la comisaría una hora más tarde, aparqué el coche en un callejón y salimos directos a la comisaría. Cachiro debería ir por su parte y entraría por una puerta trasera, estaba fichadísimo y no era plan de entrar por la puerta grande. Sara y yo, al no ser tan conocidos, entraríamos por la entrada convencional e iríamos directos al despacho de García, en donde se encontraba Casares y allí nos toparíamos con Cachiro. Sara y yo entramos en la comisaría:

- ¡Coño! - exclama - Vienes bien acompañado, ¡chavalín! - me dice, al ver a Sara.

- Bueno, importante, ¿no? - le contesto.

- A ver, esperadme aquí y os llevo a mi despacho, ¿de acuerdo? - nos dice.

- Correcto, correcto. - le contesta Sara, riéndose.

Al cabo de quince minutos esperando, sentados en uno de los bancos de la entrada, aparece el Comisario:

- Venga, ¡'pa'rriba'! - nos dice el Comisario.

Llegamos al despacho del Comisario, un viejo escritorio acompañado de un butacón de cuero presidían el cuarto, con la presencia de Casares:

- Coño, ¿cómo andas, tío? - le pregunto, al verle.

- ¿Cómo crees que voy a andar? ¡Me cago en Dios! - exclama, enfadado - Vaya pregunta, ¡me cago en la ostia!

- ¡Me caaaaaago en Dioooooos, me cago en Virgen! - exclamo - ¿Qué ostia pasa? - le vacilo en plan coña, riéndome.

Casares no se lo tomó ni a bien, ni a mal. No tenía humor, con la que le estaba cayendo, normal. Cachiro apareció por allí, con un café caliente para 'fumar con sabor' para cada uno/a. En la conversación que mantuvimos en el despacho, con la presencia del Comisario, solamente sacamos un par de cosas en limpio, de las tres horas de charla que se mantuvo:

"Hoy en día, ¡no es cómo cuando empezábamos! Los sudacas se están empezando a asentar con su propia 'farlopa' y nosotros, aún nos queda aguantar muchas más mierda para volver a ganar dinero como lo hacíamos hará un año..... (continuaré después del partido)"

....

#164 vampy

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Escrito 05 diciembre 2010 - 16:05:53

pedazo de historia si señor jejejejeje, seguira adelante??????? me la he leido del tiron casi jajajajaja

#165 FerregachoGZ

FerregachoGZ

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Escrito 09 diciembre 2010 - 19:07:46

Viernes, 2 de agosto de 1996 (continuación).

- ¡Hoy en día, tío! No es cómo cuando empezábamos. - le grita Casares a Cachiro - Los sudacas se están empezando a asentar con su propia 'farlopa' y nosotros, ¡míranos! ¡Cuatro paletos que aún dependemos de los coruñeses hasta para vender un gramo! - exclama - Aún nos queda aguantar muchas más mierda para volver a ganar dinero como lo hacíamos hará un año. ¡Por eso mismo, fiché a Sara!

- ¡¿Para qué?! - exclama Cachiro, enfadado - ¿Para montar burdeles, J@$~#R?

- ¡¿Pero qué dices, gilipollas?! - exclama Sara, al escuchar a Cachiro - ¡Me cago en Diooos!

- Pero, ¡¿Cachiro?! A tí te faltan primaveras, ¡tío! - levanto la voz, pero sin pasarse - Relájate y deja que Casares hable, no nos pongas de mala ostia a los demás, ¿de acuerdo?

- ¿Estamos o no estamos? - dice Casares, enfadado - ¡A ver! Os comento el plan. Por ahora, conmigo en la cárcel, no es buena idea volver a andar con la 'harina'. ¡Volvemos a los porros y fuera!

- ¿Y cómo? Has borrado del mapa a los chachos. - dice Cachiro, en plan 'sabelotodo' - ¡Qué yo sepa, eran ellos quién nos conseguían los porros!

- ¡Tranquilízate! ¡¿Vale?! He conseguido distribuidores en estas últimas semanas.

En efecto, Casares ya había organizado un nuevo 'modus operandi'. Lo había estado preparando desde mi incidente en Baiona unos meses atrás. En veinte minutos nos contó el 'modus operandi' así por encima, con una tranquilidad y una seguridad en sí mismo, increíble. Al cabo de esos veinte minutos, García nos recomendó despedirnos de él, la visita había finalizado. Cuando nos despedíamos, Casares nos entregó bastante documentación, desde post-it con números de teléfono de contactos anotados que nos debían favores, pasando por localizaciones y números de distribuidores de toda Galicia, hasta varios documentos que implicaban a ciertos 'conocidos' locales que conocíamos de estar metidos en el rollo de la droga. ¡Todo iría sobre ruedas si seguíamos la documentación que nos había entregado Casares!

Viernes, 9 de agosto de 1996.

Hoy era el día del juicio de Casares. Llevaba toda la semana en el pueblo, haciéndole una visita a mi familia e intentando desaparecer por algún tiempo (lo último con más razón). Le conté a mis padres que habían arrestado a Casares, ellos ya lo conocían de venir él a buscarme al pueblo cuando yo vivía en él.

- Pero, ¿cómo carallo ha podido darle una panadera a un par de civiles? - se preguntaba mi padre, tildando de loco a Casares.

- Pablo, ¡es qué vaya compañías que te traes a casa! - aportaba otra granito de arena mi madre - ¿Eh?

Les conté que él iba un poco bebido y los Guardias Civiles le habían tocado los cojones un poco. Pero, ¡bueno! Vayamos al caso, me puse un traje y mandé a mi abuela rezarle unas oraciones a Casares, ¡por si acaso, vamos! Me acicalé la de Dios, parecía que iba a la boda de Casares en vez de a su puerta de entrada al 'trullo'.

- Pablo, ¿qué? - me saludaba Sara por el móvil - ¡Han pasado quince minutos y no has apareciedo por aquí! - decía, ya que había quedado con ella quince minutos atrás en un área de servicio, cerca de mi casa.

- ¡Ya voy, carallo! Ya voy. - le contestaba, subiéndome al Escort - ¡Estoy llegando! - le mentí, obviamente.

Llegué al área de servicio y allí estaba ella, en cuanto me visualizó, arrancó su coche y se dispuso a iniciar el trayecto hacia los juzgados. En el trayecto, se me dió por pensar en volver a dejarlo, eran muchas mentiras contadas a mi familia, a viejos conocidos y por supuesto, a mis amigos de siempre. Intenté dejar de pensar en tonterías:

"¡Mírate, Pablo! Estás conduciendo un coche que no tendrías si estuvieses trabajando de soldador. Vives en un duplex, ¡chaval! Llevas puesto un traje de 50.000 pesetas de 'Adolfo Domínguez' y un Lotus de máximo nivel. ¿Qué quieres? ¿Volver a ser el paleto qué eras, lidiar de nuevo con los de Portorrey, pedirle dinero a tus padres para vicios o lo qué es peor, dejarlo tal y cómo están las cosas, temiendo represalias por parte de Casares?"

Corría el riesgo de que Casares me 'escarallase vivo', solamente decir que Paquiño estaba en la documentación que nos había entregado Casares, en la lista de "ciertos 'conocidos' locales que conocíamos de estar metidos en el rollo de la droga". Si podían traicionar a Paquiño, no me imagino lo que podrían hacerme a mí.

Volvamos al juicio. En la puerta de los juzgados, estábamos Cachiro, Sara y yo. Paquiño estaba con el abogado de Casares y García, obviamente, no se iba a dejar verse con nosotros. Entramos a la sala, el Guardia al que había agredido Casares, apareció con un collarín para impresionar a los jueces y con el informe del mismo día, redactado por el mismo y un par de compañeros suyos, el mismo día de la agresión. Por supuesto, el abogado de Casares lidió la de Dios para que ese informe no fuese válido y el juicio se guió por el redactado en la Comisaría de García. El juicio iba como nosotros queríamos. Al día siguiente:

Condenado a ocho meses de presión el joven lucence que agredió a un Guardia Civil dos semanas atrás.

El joven, C.C.G, ha sido condenado a cumplir ocho meses y un día en prisión, por orden del exmo. Juez..


Eso mismo decía el titular de una pequeña noticia en la sección de sucesos locales del diario 'El Progreso', a sábado, 10 de agosto de 1996.

Miércoles, 21 de agosto de 1996.

Habían pasado un par de semanas desde que Casares había entrado en 'chirona', concretamente en el Centro Penitenciario de Monterroso, en la provincia de Lugo. Tema aparte, en todo este tiempo, aún no habíamos empezado a ponernos manos a la obra y ya empezábamos a recibir presión por parte de Paquiño:

"¡Me cago en Diooos! Al tajo, ¿eh? ¡No hace ni dos semanas qué Carlos se ha ido y ya empezamos a decaer! Como no empecéis pronto, ¡os daré de ostias hasta en el carné de identidad!"


Con Paquiño de encargado, ¡es lo qué toca!

10:00h.

Mientras estaba en casa esperando órdenes por parte de Cachiro, fumándome un 'pitillo' y leyendo la prensa después de desayunar, empieza a sonar mi Nokia 232:

- Buenas, ¡fenómeno! - me saluda Cachiro - ¿Estás preparado?

- Sí, ¡de sobra, tío! - le contesto - ¡Estoy allí en cinco minutos!

Cachiro, Sara y yo habíamos quedado en un área de servicio situada a las afueras de Lugo. ¿Razón? Un nuevo 'chollo' que había organizado Cachiro desde que Paquiño nos llamó la atención. Deberíamos ir a Monforte, ¿os acordáis de aquel gitano que nos recibió a Cachiro y a mí en un Opel Manta el mismo día en que conocí a Cachi? En Monforte, obviamente. Pues volveríamos a tratar con él, solamente que esta vez, le compraríamos el material nosotros. Tema aparte, Cachiro ya no estaba tan malhumorado como hacía dos semanas, la semana en la que metieron a Casares en el 'trullo', estos últimos días estaba de muy buen humor, debido a que era el 'mandamás' y eso, ¡le encantaba! Hasta nos trataba con amabilidad y todo, algo que últimamente, era muy complicado de ver.

Me monté en el Escort y salí directo al área de servicio, por el camino me encontré a un viejo conocido, el Golf GTi 16v al que Sara le había 'dado candela'. Carretera nacional sin mucho tráfico aparente, buen tiempo sin exceso de calor y mi RS Turbo con la temperatura adecuada, ¡blanco y en botella, hamijos!

Imagen Enviada

Me coloqué detrás de él, le dí un par de ráfagas y me responde a la primera ráfaga acelerando a fondo, increíble, el fulano tenía ganas de juerga. Pongo un casete que me había regalado Sara, perfecto para la ocasión, exprimo tercera e intento alcanzarle. Sobrepaso las 5.000 RPM, cambio a cuarta y peligrosamente, me voy acercando al Golf. En ese mismo instante, me digo a mí mismo:

- "¿Y esto es lo qué anda un 16v?"

Me lo decía a mí mismo, básicamente porque no fue nada difícil acercarme a él a velocidades altas, zona en la que un '16v' me daría algo de trabajo. Cambio a quinta velocidad yendo a 4.000 RPM para dejarle ventaja al Golf, vuelvo a pisar a fondo y de vuelta me vuelvo a acercar al Golf. Aquello no podía ser un 16v, ¡imposible, vamos! Reduje a cuarta para adelantar al Golf y verle la cara al fulano, ¡a ver si era el mismo al qué Sara le ganó o no! Tiene cojones, le adelanto y era el mismo, solamente que esta vez, estaba acompañado de una chica muy mona. Instintivamente, bajo el elevalunas del 'copi' y reduzco un poco para lograr ponerme a su altura, el fulano hace lo mismo, baja la ventanilla y empieza a mirarme fijamente:

- ¡Oye, tú! - exclamo - ¿Eso es un dieciséis?

- ¿Cóoooomo? - no me oye.

- ¡Si es un dieciséis válvulas, tío! - reitero.

- ¡Nooo! - me responde, poniendo un careto de la virgen por la pregunta en medio de la nacional.

- ¡Gracias! - le respondo, sin saber en donde meterme debido al espectáculo que le había brindado.

Acelero a fondo para dejar de lado tal situación, ¡había sido embarazoso! Era la ostia, el fulano llevaría 'sabe Dios' debajo del capó, ¡pero los anagramas de 16v bien qué se veían por toda la carrocería!

Llegué al área de servicio pasados diez minutos, allí solamente estaba Sara, metida en su Escort. Aparqué a su lado, bajé la ventanilla y empecé a conversar con ella:

- ¡Coño! ¿Sabes con quién me he encontrado? - le digo.

- No sé, ¡sorpréndame! - me contesta.

- ¿Te acuerdas del fulano aquel, al qué le diste candela cuando te conocí, el del Golf dieciséis, J@$~#R?

- Sí, me acuerdo. - se ríe - ¿Acaso te has picado con él? - me pregunta, sin parar de reírse.

- Pues sí. - le respondo - ¿Y sabes qué? Le he ganado, ¡hasta en quinta!

- Normal, ¡es un Golf 8v 'quemadísimo'! - me contesta, riéndose.

- Mira qué eres C@$&#@, ¿eh? - le digo, riéndome - ¡Tu bien que alardeabas de qué aquel Golf era un dieciséis!

- ¡Hooome! Me enteré al poco tiempo, ¡no te creas qué voy de fantasma! Pero, antes de quedar mal, pues no te lo conté. - me contesta.

- ¡Si lo qué tu desbordas es humildad, tía! - le contesto, riéndome.

En ese mismo instante, aparece Cachiro con su Kadett con la música a tope:

Imagen Enviada

Aparca en frente nuestra y se baja del Kadett sin apagarlo, se enciende un cigarro y se acerca hacia nosotros:

- ¡Figuras! - nos saluda - ¿Camino a Monforte o qué?

- Espera un poco, tío. - le contesto - Hemos llegado diez minutos antes a la cita. - al acabar la grase, me enciendo un 'pitillo' con el encendedor del coche.

- ¿Qué tal andáis? - nos pregunta.

- Pues, ¡de p#%@ madre, tío! - le contesto, mientras le pego una calada al cigarro apoyado en el lamelunas de la puerta.

- Yo, ¡lo mismo! Espero empezar mi primer día de trabajo con buen pie. - contesta Sara.

- Tranquila, Sara. ¡Tu ya has empezado con buen pie el primer día en qué te conocimos! - le contesta Cachiro, refiriéndose a sus atributos.

- ¡Correcto, correcto! - digo, riéndome.

Pasamos un rato más hablando sobre nuestras gilipolleces hasta que Cachiro ordenó de empezar a 'chollar', para ello, emplearíamos los dos RS Turbo, ya que el Kadett GSi de Cachiro aún estaba fichado de la 'época de la coca'. Cachiro vendría conmigo y Sara ya iría por su cuenta hacia Monforte, quedaríamos en una famosa plaza de la ciudad, la Plaza del Colegio de la Compañía de Monforte. Sara ya estaba de camino y nosotros aún estábamos en el área de servicio, no se que cojones estaba buscando Cachiro en el maletero de su Kadett:

- Toma, ¡pon este casete y pon el volumen 'a tope'! - me dice, mientras se vuelve hacia su Kadett para aparcarlo y cerrarlo.

Pongo el casete y me quedé de piedra, ¡Siniestro Total! J@$~#R, ¡era el tema perfecto para la ocasión! Emprendemos camino, ante todo, ¡con mucha calma! Y salimos del área de servicio.

- Tú esta cinta no la tenías, ¿o qué? - me decía Cachiro, ya que bien sabía que a mí me encantaba Siniestro.

- No, ¡pero tengo el VHS! - le contesto, riéndome.

- Si la quieres, ¡te la regalo! - me dice.

El camino hacia Monforte lo pasamos sin ningún incidente, algún pequeño susto con algún radar que al final no era tal y cosas del estilo, ¡pero sin fallo! Por el camino anduvimos hablando sobre Sara, le pregunté a Cachiro si la conocía de algo más o si me podía dar algo más de 'info' sobre ella, lo qué me respondió:

"Pues, según Casares. ¡Es dinamita la tipa! Tiene una mala ostia que flipas, ni la de Casares cuando le robaron el Cosworth. La contrató, no solo por eso, ¡si no por algunos rollos qué hablaba la gente sobre ella! En Ourense, obviamente.

Ella 'operaba' con un paisano suyo allá por Ourense, robaban piezas de coches por encargo y pasaban porros, lo típico, ¿no? Hará un año, se empezaron a torcer las cosas en Ourense, cambiaron de Comisario de Policía y este, ¡andaba detrás de Sara y su colega a saco! Al final, los consiguieron pillar, pero simplemente les consiguieron cazar por una pijada, pijada que al final, ¡les salió cara!

¡Y ya no se nada más! Esto me lo contaron así, muy por encima, un viejo conocido de Ourense."


Llegamos a la Plaza del Colegio de la Compañía de Monforte, allí ya estaba Sara esperándonos en su RS Turbo, en frente de una churrería. Imagen Enviada Imagen Enviada

#166 FerregachoGZ

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Escrito 10 diciembre 2010 - 19:06:42

Miércoles, 21 de agosto de 1996 (continuación).

Aparcamos detrás suya con la intención de salir directos a por la mercancía, pero ella nos propone:

- Qué, ¿pilláis unos churros con chocolate? - nos decía, apoyada en la aleta delantera de su coche, mientras se zampaba uno.

- ¡Bueno! - lo doy por sentado - Así tenemos sabor para fumar, ¿o qué, Cachiro?

- Correcto, ¡pillame a mí también, Pablo! - me dice.

- ¡Oi, qué carallo! Bien podías ir tú a por ellos. - le digo, mientras busco la cartera por mi bandolera.

- ¡Soy tu jefe y te aguantas, chavalín! - me dice, riéndose.

Le pillé los churros y mientras estaba pagando, aparece Sara y se me cuelga del cuello, me dice al oído:

- ¡Acaba de una vez, mamón! - me dice - Cachiro está impaciente.

- Ya voy, ya voy. - atino a responderle.

Llegué al coche y Cachiro me dice:

- ¡Venga! Tira al poblado del gitano, ¿te acuerdas de en dónde queda, verdad?

- ¡Buuuf! Me acuerdo un poco, pero básicamente, ¡se por dónde van los tiros! - le respondo - Acaso, ¿por qué hay tanta prisa? Antes que si los churros y ahora, ¿así de directos al poblado?

- El gitano me ha llamado, ¡a la tarde va a estar ocupado, tío! - me respondo - Así qué, ¡venga, al trote!

Avisé a Sara y fuimos directos al poblado, a los veinte minutos llegamos y aquello estaba muy cambiado desde la última vez que fui, hará dos años. Cachiro me indicó por donde ir hacia a la casa del gitano al que le debíamos pillar la mercancía y después de lidiar con las travesías en tan buen estado del poblado, conseguimos llegar. ¿Os acordáis del Opel Manta que tenía el gitano? Estaba abandonadísimo al lado de la casa, lleno de mugre, con picaduras de óxido y sin lunas.

Imagen Enviada

Aparcamos en frente del Manta, Cachiro se baja del coche y al instante, sale directo hacia al coche, lo estuvo mirando de arriba a abajo un buen instante:

- ¡J@$~#R pal 'Mantita'! - exclama - Siempre lo tuvo curiosete y míralo ahora, ¡aunque, bueno! Aún sigue estando guapo. - dice, mientras se enciende un cigarro.

- Era el del gitano, ¿no? - le pregunto, para asegurarme.

- ¡Sí, tío! - me responde, mientras quita un poco de mugre con la mano al pequeño retrovisor del piloto - ¿Sabías qué yo preparé este coche hará unos años? - me pregunta.

- No sabía, tío. - le respondo.

- Qué, ¿no te bastan los Kadett qué ahora miras pa los 'Mantas'? - le dice Sara a lo lejos, mientras se viene junto a nosotros.

- Ahora bien miraba para tí, ¡morena! - le responde Cachiro, riéndose.

- Y yo, ¡no te jode! - digo.

- Pero, ¡bueno! - vuelve a la anterior conversa - El gitano este me decía, tío. - antes de ponerse a imitarlo, le pega una calada al 'pitillo' - "Oye, ¡Cachirín! ¿Qué le puedo poner al 'Mantita' pa qué ande de p#%@ madre? Tu que controlas de Opel a Dios, tío. ¡Dímelo!" Y claro, me las ingenié para estudiarle una preparación como las que traían los Manta alemanes. Y aquello, ¡amigos! ¡Corrían qué se mataban!

- ¿Y en qué consistía esa preparación, ingeniero? - le pregunta Sara, vacilándole.

- ¡Pueeeeees...! - se queda pensando - Un buen autoblocante, un bloque reubicado con pistones forjados, unos colectores tanto de admisión como de escape Iresa, una línea para que llame la atención, ¡lo qué le gustaba al gitano, J@$~#R! - le pega una calada al cigarro - Y, ¡qué bonito está con el Kit Irmscher, tío!

- ¡La verdad es qué chulo, el Opel Manta es un buen rato! - dice Sara.

En ese mismo instante, hace acto de aparición el gitano a bordo de su nuevo coche, un BMW 325i E30 de cuatro puertas:


Imagen Enviada

Aparca al lado de nuestros Escort y se escucha la música que llevaba puesta, a tope.

- ¡Cooooño, Antoñín! - exclama Cachiro al verle bajar del BMW - ¡Cuánto tiempo, tío!

- ¡Lo mismito, digo! ¿Qué tal te trata la vida, Cachirín? - le pregunta Antoñín, si os fijáis, le llama 'Cachirín', como cuando le pidió que le ayudase a preparar el Manta.

- ¡Buuuuf! Pues las cosas por Lugo, ¡siguen bien, tío! - le responde a lo que me quedo mudo, ya que andábamos jodidos por el tema de Casares, que estaba en la 'trena'.

- Y, ¿Casares? - le pregunta - Ya hace tiempo que no lo veo, tío. ¡Seguramente se esté hartando a mariscadas el muy C@$&#@€% y te tenga a tí chollando! - dice Antoñín, riéndose.

- ¡Ese! - exclama Cachiro, riéndose un poco - Ese está en Lugo, ¡comiendo marisco cómo tu mismo dices! - le responde, riéndose a carcajadas.

- ¡Si yo lo conozco mejor que tú, Cachirín! - dice Antoñín, riéndose.

Sara y yo no soltamos ni pío por la mentira que le acababa de soltar Cachiro a Antoñín, obviamente, Cachiro no se iba a olvidar del detalle de Casares encarcelado ni por supuesto, ¡se lo tendríamos qué recordar siquiera!

- ¿Y estos 'Foritos'? - dice el gitano, mientras se fija en nuestros Escort - ¿Son los Inyección o los Turbo? - nos pregunta.

- Los dos son Turbo. - le responde Sara.

- Carallo, ¡mucho ha cambiado el rollo desde aquel Fiesta XR2! - dice el gitano, riéndose.

- Hay qué evolucionar, ¿o qué? - dice Cachiro, riéndose.

Antoñín nos invitó a entrar dentro, a su casa, supuse que para charlar de negocios. Pero, Cachiro nos recomendó quedarnos fuera, ¡así qué! Sara y yo nos quedamos allí afuera, esperando. Al cabo de unos diez minutos, Cachiro sale de la casa y se dirige hacia a mi Escort:

- ¿Qué pasa, tío? - le pregunto.

- ¡Buuuuf! No encuentro la cartera, tío. - suspira un rato, mientras abre la puerta y empieza a buscar la cartera por el suelo del coche - ¡Ostia! Ya sabía que estaba por aquí. - dice al encontrar la cartera, riéndose.

- ¡Buuuuf! No me de esos sustos, ¡tío! - le digo - Además, ¿acaso le vas a pagar con lo qué llevas en la cartera? - le pregunto, extrañado.

- Bueno, ¡carallo! - dice Cachiro, mientras se ríe un poco - Pagando porros hasta nos sobra para una mariscada, ¡chaval!

- Home, ¡J@$~#R, Pablo! - dice Sara - ¡Ni que llevases un día en el negocio! Imagen Enviada - me vacila un poco.

Cachiro vuelve a entrar a la casa y sale de nuevo a los cinco minutos, esta vez, acompañado de Antoñín a carcajadas:

- Entonces, ¿cuándo me paso a buscar el Manta? - le pregunta Cachiro, riéndose.

- ¡Cuándo tu veas, Cachirín! Aún me haces un favor sacándome ese trasto de aquí. - le contesta el Antoñín.

#167 FerregachoGZ

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Escrito 19 diciembre 2010 - 20:00:08

Miércoles, 21 de agosto de 1996 (continuación).

Antoñín se largó de allí en el BMW, ¡picando rueda, claramente! Mientras se esfuma toda la polvareda, empiezo a hablarle a Cachiro:

- ¡Eh! - le llamo la atención - ¿Y los porros? - le pregunto.

- ¡Tranquilo, figura! - me salta Cachiro, sobradamente - ¡En diez minutos aparecerán por aquí un par de socios de Antoñín con ellos! - me responde.

- ¿Y eso del Manta, tío? - le pregunta Sara, con picardía.

- ¡Hombreee! Ya tardábais en preguntármelo. - dice Cachiro, riéndose - Le pedí de buenas maneras el coche, le hice un poco la pelota y me lo regaló, ¡máximo nivel, o qué! - contesta.

- ¡J@$~#R! - exclama Sara - !Qué suerte, tío! - le dice, por habérselo regalado.

- ¡Si, sí! No creo que un gitano te regale un coche por hacerle la pelota, ¡a lo mejor lo qué tu hiciste fue lamerle las pelotas! - le decía a Cachiro descojonándome, ya hacía tiempo que no le vacilaba.

- ¡Me caaaago en Dios! - exclama Cachiro, un poco enfadado - ¡Creo qué vas a cobrar por adelantado, gilipollas! - me decía, mientras intentaba pillarme para darme una colleja.

- Parecéis críos. - dice Sara, cortándonos del todo.

Al rato, mientras esperábamos por el cargamento, aparecen un par de críos montados en una bici:

- ¡Paaaayos! - nos llama uno de ellos - ¿Sois los amigos d'Antoñín, los del chocolate? - nos pregunta.

- ¡Chssst! - chista Cachiro, pidiéndole silencio - ¡Sé un poco más discreto si tal, chaval! - dice, enfadado - ¡Me cago en la ostia!

- ¿Sois o no? - insiste uno de los 'gitanicos', elevando el tono de palabra.

- Sí, J@$~#R. - responde Sara, mosqueada por las maneras del chavalín.

- Bueno, ¡pues traed los coches a ese chabolo de ahí! - nos ordena, señalándonos una chabola bien grande.

Imagen Enviada

Los chavalines se vuelven al chabolo en las bicicletas y nos abren una puerta para entrar dentro con el coche.

- J@$~#R, ¡Cachiro! - exclama Sara, riéndose - Cuando Casares me ofreció el trabajo, creía que iba a ser algo de más 'standing'.

- ¡Esto no es nada comparado con cómo lo hacíamos antes Casares y yo! - responde, lamentándose.

Solamente cargaríamos uno de los coches y sería el mío, Sara había traído su Escort para escoltarme hasta Lugo. Si cargásemos los dos coches, tendríamos el riesgo de empufarnos el doble si nos atrapase la policía y lógicamente, si la carga cabe en un coche, no haría falta un segundo coche.

- ¿Meto el coche? - le pregunto a Cachiro.

- Sí. - me responde - Asegúrate de que está todo correcto, ¿vale? - me ordena, mientras me monto en el coche para meterlo en la caseta.

Metí el coche en el chabolo, dentro del mismo había una persona más aparte de los chavalines de las bicis, un gitano que debía medir un par de metros de alto:

- ¡Abre el maletero, tú! - me dice uno de los gitanicos.

Me bajé del coche y abrí el maletero del coche, los chavalines cargaron una caja precintada con cinta en el coche y el gitano que estaba en el chabolo, se acerca al maletero con una navaja y una cara con gesto de nerviosismo:

- ¿Qué vas a hacer? - le pregunto al gitano mientras se acerca.

- ¡Aaaah! Nada, nada. Darle a comprobar los porros. - me contesta - ¿Le he asustado?

- Un poco. - le respondo, riéndome.

- Pues, ¡mire 'usté'! - dice, mientras corta la cinta que precinta la caja del material - La cantidad está correcta, la ha calculado mi sobrino ahora mismo con la báscula, ¡mire 'usté'!

- Bueno, ¡me fío! - le contesto, riéndome un poco.

- Material de primerísima calidad, ¡mire 'usté'! - con la misma navaja que corta la cinta que precinta la caja, saca un trocito del material con la punta y me la pone en la nariz, luego lo quema con un mechero y lo da a oler - ¡Huela, huela! Esto no lo fuman ni los gitanos de Barcelona, ¡mire 'usté'!

El gitano volvió a precintar la caja, cerré el maletero y salí del chabolo, en busca de Cachiro y Sara:

- ¿Nos vamos? - les pregunto, parándome a su lado.

- ¿Comprobaste todo, gilipollas? - me pregunta Cachiro, mientras se monta en el Escort de Sara.

- ¿Tú qué crees, gilipollas? - le respondo, riéndome - El material de primera, ¡mire 'usté'! - le solté la gracia.

- ¿Cómo? - pregunta Cachiro.

- ¡Qué los porros son de máximo nivel! - contesto.

#168 Warriors

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Escrito 19 diciembre 2010 - 23:01:54

Ferre eres un fenomeno por seguir poniendo la historieta!!

#169 mugenR

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Escrito 20 diciembre 2010 - 00:45:51

Ferre eres un fenomeno por seguir poniendo la historieta!!


pues si tio , vamos k si es por un tal warrior no continuaba jejeje

#170 FerregachoGZ

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Escrito 21 diciembre 2010 - 20:01:32

pues si tio , vamos k si es por un tal warrior no continuaba jejeje




Ya te digo ajjajajaja



nah es que me engancho telaa...y cansado de esperar que subierais mas entregas pues las fui subiendo y mientras dure pues seguire....

#171 ferre

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Escrito 22 diciembre 2010 - 20:42:04

J@$~#R que panzada a leer...

#172 FerregachoGZ

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Escrito 24 diciembre 2010 - 10:53:07

Miércoles, 21 de agosto de 1996 (continuación).

Antes de salir del poblado, Cachiro saca un par de matrículas de una bolsa de deporte que estaba guardada en el maletero del Escort de Sara.

- Toma, ¡mamón! Colócalas. - me dice, mientras me pone las placas encima del alerón - ¡A ver si te dan suerte! - dice, descojonándose.

- ¡A ver, a ver! - le respondo, mientras me bajo del coche con un destornillador en la mano - ¡Me cago en la puuuuuta! - exclamo al ver las placas (M-1313-IZ).

- Ya te decía que le iba a molar la matrícula. - le dice Sara a Cachiro, riéndose.

- ¡Buuuuf! - balbuceo - ¿Y esto, tío? - le pregunto a Cachiro flipando, mientras cruzo los brazos.

- ¡J@$~#R! - exclama - ¿No jodas qué eres supersticioso, tío? - me pregunta Cachiro, haciendo el mismo gesto que hacía yo con los brazos, vacilándome.

- No lo soy. - le contesto - Pero, ¡J@$~#R! Me haces serlo, tío.

- A ver, ¡colócalas de una p#%@ vez, anda! - me ordena Sara, a la vez que se enciende un 'pitillo'.

Coloqué las placas y guardé las mías debajo de la caja del material, antes de cerrar el maletero para emprender el viaje, Cachiro saca una navaja y corta la cinta que precintaba la caja:

- Pero, ¿qué haces, tío? - le pregunto.

- Voy a comprobar el material. - me responde - ¡No me fío de ti, tío!

- Bueno, ¡carallo! - lo primero que acierto a decir - Si lo quieres es fumarte uno, ¡espera qué lleguemos! - le respondo, riéndome.

- ¡Ya no soy ni 'prefeccionista'! - me responde Cachiro, riéndose - A ver, a ver. - dice, mientras saca una placa de 'chocolate' y la desenvuelve.

Cachiro apenas tardaba un minuto en hacerse un porro, la técnica se aseguraba con los años de práctica según mi padre y nunca pensé que llegaría a emplear ese ejemplo para comentar un dicho de mi padre. Pues eso, Cachiro le pegó una calada al porro y empezó a poner caras:

- A ver, ¿qué tal? - le pregunto.

- Prueba por ti mismo, ¡pégale un par de caladas! - me ordena.

Le pegué un par de caladas y sabían muy bien, tenían un sabor suave y prestaba a Dios pegarle una calada.

- J@$~#R, ¡está de p#%@ madre, tío! - le respondo, devolviéndole el porro.

- ¡Vaya si está de p#%@ madre! - me dice, asentando con la cabeza mientras le pega otra calada.

- ¡A ver, a ver! Pásame el porro. - le dice Sara a Cachiro.

- Bueno, ¡carallo! Tanto fumeteo y tanta ostia. - dice Cachiro.

Acto seguido, Cachiro volvió a meter la placa de 'chocolate' en la caja y la precintó con cinta que llevaba en mi coche:

- Venga, ¡móntate en el coche y arreando! - me ordena Cachiro, era hora de volver a Lugo.

Me monté en el coche y salí del poblado, Sara esperaría un par de minutos y saldría detrás mía, para no dar el cante por Monforte yendo de 'parejita'. Solamente decir que Cachiro había conseguido la documentación (M-IZ) en un taller de Marín, en Pontevedra, nos costó casi 50.000 pesetas alquilarla, ¡había sido cara de cojones la verdad! A lo que íbamos, aún estaba en Monforte y estaba accediendo a la carretera nacional, rumbo a Lugo. Sin problema de ningún tipo.

Imagen Enviada

¡Hasta ahora! Un coche patrulla de la Guardia Civil se colocó detrás mía a una velocidad pasmosa:

- ¡Me cago en Dios! - exclamo, al ver que viene directo hacia a mí.

El coche patrulla acciona las luces del techo y comienza a comerme la defensa trasera, me aparto al arcén y me paro en él, veo que ninguno de los dos agentes que había dentro del vehículo se baja para comprobar datos y comienzo a asustarme. Mientras me enciendo un cigarro para calmarme, veo que uno de los agentes se baja del coche con la mano apoyada sobre la pistola, que llevaba en la funda del cinturón, por si necesitase empuñarla al verme. En ese momento lo tuve claro, encendí el coche y aceleré a fondo, el agente que intentaba empuñar el arma comenzó a disparar al aire mientras yo escapaba. Salí de la carretera nacional e intenté meterme por una pequeña comarcal, mientras accedía a la comarcal tiré de freno de mano para entrar mejor, aunque lo que sucedió fue todo lo contrario, hice un trompo y me quedé parado en medio del cruce. Mientras intentaba maniobrar para seguir el camino, el coche patrulla me visualiza y pone la sirena en marcha, acústica incluída.

- ¡Párese de una p#%@ vez! - sonaba desde el coche patrulla una pequeña megafonía.

Encarado hacia la comarcal, una pequeña carretera llena de gravilla, no se me courre otra cosa más que no sea acelerar a fondo y escapar de la Guardia Civil. Error, la fuerza que tenía el Escort saliendo desde cero era bastante para darla controlado por gravilla. Pero, ¡con dos cojones! Aceleré a fondo y el coche empezó a escarvar en la gravilla, la lama que había por debajo de la gravilla se pegaba a la carrocería del coche:

Imagen Enviada

Antes de que el coche diese traccionado correctamente, era imposible conducirlo, el volante se volvía loco de la fuerza que ejercía el motor a las ruedas y para conseguir llevarlo recto, tuve que emplearme a fondo y apretar bastante las manos contra el volante. En cuanto traccioné, cambié 'automáticamente' a segunda, el coche ya se daba controlado lo suficiente. Tiré el cigarrillo por la ventanilla y estiré segunda del todo, hasta el corte, el coche se vino abajo del todo y cambié a tercera, así hasta escontrarme con una curva bastante cerrada y reducir a segunda para tomarla debidamente. El coche por gravilla se daba controlado algo gracias al autoblocante, si no, estaría estancado en una cuneta con los agentes apuntándome, eso seguro.

Después de sacarles algo de distancia, visualicé una pequeña pista de tierra bastante cerrada (en pico) a mano izquierda, frené a fondo y me metí marcha atrás en ella, solamente era esperar. ¿A qué? A que pasase la Guardia Civil fogueada y pudiese volverme por donde había venido. ¡Y funcionó! El coche patrulla pasó de largo la pista de tierra sin ni siquiera reducir para ver lo que había por la pista. Me volví por donde había venido, salí de la comarcal y entré en la carretera nacional, me dirigía hacia a un pequeño campamento de hípica.

#173 FerregachoGZ

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Escrito 02 enero 2011 - 16:29:53

Miércoles, 21 de agosto de 1996 (continuación).

Llegué al Campamento de Hípica a mediodía y me paré en frente de la entrada del complejo, estaba flipando con lo que veía. Para empezar, la garita del vigilante de seguridad, a la entrada, estaba totalmente quemada, el camino hacia el aparcamiento estaba comido por la maleza, la cafetería tenía las persianas echadas, los establos estaban abiertos a cal y canto y para rematar, un río que pasaba al lado del Camping, se había llevado consigo las cabañas pensadas para que habitasen los clientes del mismo. Debía de llevar bastantes años cerrado, la verdad.

Y, ¿por qué sabía de la existencia del Campamento? Hacía bastantes años que no venía. Mi padre nos traía a mi madre y a mí, para pasear a caballo o en mi caso, en pony. A mi padre no le gustaban los caballos, era una excusa para sacarnos de casa y hacer algo en familia. A mi madre si que no le gustaban, los odiaba, en el mismo Campamento la pisó un pony que me paseaba a mí y desde entonces, ¡no quiere ni qué se le nombre dicho Camping!

Llamé a Cachiro para informarle:

- Cachi, ¡la hemos cagado!

- ¿Cómo qué la hemos cagado? Explícate. - me decía, sin dar crédito.

Le conté todo, desde que uno de los agentes se acercaba a mi coche con la mano dispuesta a empuñar la pistola, pasando por el método de evasión de la persecución, hasta contarle en donde estaba escondido.

- ¡Buuuuuuuuuf! Espera a que todo se calme y vente hacia Lugo, ¿de acuerdo? - me recomendó.

- Pero, ¿qué cojones me estás contando, tío? - le decía flipando - ¿A tí te faltan primaveras, o qué? ¡Cómo cojones voy a salir con este coche por ahí, tío! Aunque le cambiase las placas al Escort, no creo que pasase desapercibido, ¿sabes? - le decía en voz alta, bastante cabreado.

- ¡Dime tú un plan mejor, gilipollas! - me decía Cachiro.

- Tío, ¡no me jodas! - le dije, un poco más calmado - Todas las carreteras cercanas a la zona deben estar petadas de controles de la Guardia Civil.

- Mira, ¡voy a pensarme un plan! Tú espera mientras tanto por ahí, por el Camping. - me decía Cachiro.

Le hice caso, entré al recinto con el coche y aparqué dentro de uno de los establos. ¿Por qué dentro? Había que refugiarse a todos los niveles, incluído aire, ¡más vale prevenir qué curar!

Salí del coche para ir a dar una vuelta por el Camping, al parecer llevaba cerrado unos siete años, como lo decía un cartel que estaba tirado por las pistas y un calendario fechado a septiembre de 1989 dentro del bar:

'Gran Fiesta de Despedida el 17 de septiembre: Cerramos temporada a lo grande en Campamento de Hípica Román.'

Después de una hora dando vueltas por el Camping, miré el teléfono móvil para ver si había recibido una llamada de Cachiro y no la había oído, por si acaso. ¡Buuuuf! El teléfono móvil no tenía batería. Me volví al coche cagando ostias, para buscar el cargador de coche y cargar el móvil. ¡Nada! No estaba por el coche. Me puse de una mala ostia acojonante y empecé a pensar un plan, así que decidí quedarme en el coche para más tarde, ejecutar el primer plan de Cachiro; esperar a que se calmase el ambiente y salir cagando ostias hacia Lugo. Sería arriesgado, pero era el único plan decente que se me pasó por la cabeza en aquel instante.

Me pasé toda la tarde durmiendo dentro del coche, al estar dentro del establo a la sombra, no hacía calor dentro del coche y decidí echarme una siesta para desconectar. ¡Vaya si desconecté! A las 23:30h me levanté, tenía la boca seca de fumar sin sabor y unas ganas de mear impresionantes. Salí del coche para lo último y mientras meaba, escuché como un coche andaba por la zona e intuyendo de donde venía el sonido, avisté unas luces que se dirigían hacia los establos. Me metí en los establos y mire por un ventanuco:

Imagen Enviada

Un Astra GSi blanco se acercaba a los establos; a cojones tenía que ver el Escort dentro de los mismos al pasar por delante, así que salí afuera para que el conductor del Astra pasase de largo al verme. En cuanto me avistó, para nada pasó de largo:

- ¡Buenas! - me saluda - ¿Eres Pablo? - me preguntó, mientras bajaba la ventanilla del 'copi' para hablar conmigo.

- Perdona. - me quedé flipando al ver que sabía mi nombre - ¿Quién coño eres? - le pregunté.

- Tu ángel de la guarda, ¡chaval! - me respondió, riéndose - Soy colega de Sara, pensaba que ya sabrías de que iba el plan.

- No, se me quedó sin batería el teléfono móvil y no he recibido noticias de nadie. - le respondí - Pero, ¿de qué plan me hablas? - le pregunté.

- Pues te tengo que llevar a Lugo, junto con la mercancía. Sara me llamó esta tarde para que te viniese a buscar y tal, ¡y aquí estoy! - me respondió.

- ¡Deeee acueeerdo! Antes de nada, ¿cómo te llamas? - le pregunté, sin fiarme demasiado.

- Fran. - me respondió, mientras me daba la mano desde el puesto de conducción.

- Encantado, Fran. - le respondí, mientras le daba la mano - ¿Nos ponemos al chollo?

- Correcto, no vaya a ser que nos coman los lobos. - me responde, riéndose.

Cargamos la caja en el Astra; antes de largarnos, le coloqué las matrículas originales al Escort y lo oculté un poco más en el establo, concretamente dentro de uno de los cuchitriles de los caballos. Todo tenía su lógica, sobre lo de colocar las placas originales era por si la 'pasma' veía el coche y me lo levantasen, al verme las placas originales no podrían hacerle nada al coche sin que me informasen primero, la segunda era fácil, restaba probabilidades de que me encontrasen el coche o por contra, de que me lo encontrasen algunos fangantes. Nos montamos en el Astra y salimos de allí cagando ostias, Fran se enciende un porro que tenía reposado en el cenicero y entramos en carretera nacional:

- ¿Te molesta qué ponga música? - me pregunta Fran.

- ¡Qué va, qué va! Pon lo que quieras, es tu coche. - le respondo.

Encendió el radio-casete y cargó la cinta, no me lo podía creer:

- ¡J@$~#R, tío! - digo, descojonándome - Aún por encima de todo el cacao que llevamos armado, ¿pones esta canción?

- ¡Naaada! Aquí, dándole un poco de ambiente a la trama. - me responde, riéndose.

#174 vampy

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Escrito 03 enero 2011 - 02:47:38

estoy viciado con esta historia jajajajajajjaja.
alguien tiene invitacion para pasarme de forocoches?????, me gustaría felicitar al autor en cuestion de la historia.

#175 FerregachoGZ

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Escrito 04 enero 2011 - 17:06:25

estoy viciado con esta historia jajajajajajjaja.
alguien tiene invitacion para pasarme de forocoches?????, me gustaría felicitar al autor en cuestion de la historia.



...ami también me hacia conseguir una invitación de FC ...hace tiempo que quiero escribirle al autor....

#176 STEIRORACING

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Escrito 14 febrero 2011 - 20:56:58

J@$~#R,,,no hay mas? DONDE ESTA EL RESTO?,,,,,,,,,,,,,,ESTOY ENGANCHADO,saludos

#177 Dr-Civic

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Escrito 18 febrero 2011 - 17:42:52

mierdaaaa jajaajaja que me e enganchado también quiero mas!!!!!! me leí todo anoche y ahora!!!! donde esta el restooo jooooo jajaaj

#178 Warriors

Warriors

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Escrito 19 febrero 2011 - 20:12:36

pues si tio , vamos k si es por un tal warrior no continuaba jejeje



Seras C@$&#! XD ya te agarrare yo :sisi:

estoy viciado con esta historia jajajajajajjaja.
alguien tiene invitacion para pasarme de forocoches?????, me gustaría felicitar al autor en cuestion de la historia.



Yo tengo XD

Mandame un MP con tu Email y te mando una invitacion para Forocoches ;)

Eso si, si banean, me banean a mi, asi que cuidado hamijo XD

...ami también me hacia conseguir una invitación de FC ...hace tiempo que quiero escribirle al autor....



Lo mismo te digo sobre la invitacion de Forocoches :icon_wink2:

#179 mugenR

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Escrito 20 febrero 2011 - 05:08:56

[quote name='warriors' timestamp='1298142756' post='1773850']
Seras C@$&#! XD ya te agarrare yo :sisi:






bla bla bla bla :queteden2:

Editado por mugenR, 20 febrero 2011 - 05:10:43.


#180 FerregachoGZ

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Escrito 24 febrero 2011 - 21:31:22

....por fin nueva entregaaaa....



:D





Miércoles, 21 de agosto de 1996 (continuación).

Al pillar nacional, no nos encontramos con ningún coche en diez kilómetros, ¡acojonante! El radio de peligro estaba resuelto y hasta no haría falta que viniese a buscarme el amigo de Sara. Al pasar esos diez kilómetros, Fran baja el volumen de la radio y comienza a hablar:

- Entonces, ¿te ha dejado tirado el coche, no? - me pregunta, mientras le da vueltas con la mano a un palillo que tenía en la boca.

- No. - respondo - ¿Acaso no sabes por qué has tenido que venir a recogerme? - le pregunto.

- ¡Qué va! Sara me llamó para que te viniese a buscar a ti y no le pregunté el motivo, ¿debo preocuparme por algo? - me pregunta.

Me empecé a descojonar:

- ¡No me jodas, tío! - decía.

- A ver, ¡J@$~#R! - me corta - ¿Qué está pasando, tío? - me pregunta.

- Pues, esa caja que cargamos en el maletero del Astra, está llena de porros. - le contesté - Sigamos para bingo, escapé de la bofia en el Escort y por eso, has tenido que venir a buscarme en tu coche y cargar la mercancía en el mismo. ¿Acaso no notaste nada raro en lo de que le cambiase las placas a mi Escort? - le pregunté.

- ¡Pues no te ví cambiarle nada al coche, J@$~#R! - me responde - Entonces, ¿si nos pilla ahora mismo la Guardia Civil en un control? ¡Nos jode vivos! - decía, bastante nervioso.

- Eso seguro, ¡vamos! - le comenté, mientras me encendía un cigarro.

- ¡Buuuuuuuuuuuf! No hace ni dos meses que acabo de venir de Melilla para librarme del trullo, tío. ¡Siempre me la juega la tía esta! - me dice, riéndose al decir la última frase.

Al parecer, a Fran lo arrestaron hace más de un año y automáticamente entró a hacer el Servicio Militar para librarse de la cárcel. A mí aún no me habían llamado, pero no me preocupaba, cuando llegue el momento me declaro 'objetor' y sin fallo.

- A ver, ¡colega! - le llamo la atención - Intenta tranquilizarte, ¡porqué el mal ya está hecho y cómo no lleguemos a Lugo acabamos en Carabanchel, nada de Melilla ni ostias! - le decía, riéndome.

- Anda, no me jodas. - me responde, riéndose.

El chaval se tranquilizó y comenzó a tomarse en serio el rollo, condujo la gran parte del viaje sin fallo. A 20 km de la capital, paramos en un Área de Servicio con la idea de pegarle un toke a Cachiro desde una cabina para informarle de la situación:

- A ver, estamos llegando a Lugo. - le comenté a Cachiro, al saludarle.

- De acuerdo, perfecto. ¿Qué tal tu nuevo amigo? - me pregunta, riéndose (se escuchaba a Sara reír por detrás).

- Pues de p#%@ madre, la verdad. ¡Es buen chaval! - le contesté, riéndome - ¡Qué gilipollas que es la tía, Cachi! En serio, mira que empaquetarle tal marrón al chaval, ¡manda huevos!

Colgué el teléfono, Cachiro y yo habíamos acordado de quedar en una casa situada en el interior de la Muralla de la capital en media hora, salimos pitando del Área de Servicio. Pasados veinte minutos, llegamos a la ronda de la Muralla:

Imagen Enviada

La casa estaba situada en frente de un bar en el que paraban ciertos personajes de la ciudad, la gran mayoría eran conocidos de los viejos tiempos de Cachiro y Casares, pero estos apenas les hacían caso en la actualidad. Al entrar en la Muralla y pasar por delante del bar, nos encontramos con esos viejos conocidos, un Golf GTi 16v con un Kit Rieger parecía llevar la voz cantante y los gemelos que estaban apoyados en él, mientras se bebían un litro, los mandamases del grupito.

Imagen Enviada

Mientras tanto, nosotros paseábamos por delante con la música acertada, ¡desde luego! Aparcamos en frente y timbramos al piso correspondiente, los gemelos se acercaron a nosotros al vernos cometer esa acción:

- ¡Pssss! - nos chista uno de ellos - Sois Pablo y Paco, ¿no? - nos pregunta.

- ¡Eeeeeeeeehm! Sí, somos nosotros. - contesté - ¿Qué pasa?

- Pues, Cachiro nos ha pedido que os recoja la mercancía, ¿sabes? - me contesta.

- Espera un momentito, ¿de acuerdo? - le respondo - Vente p'aquí, ¡Paquito! - le digo a Fran, apartándole, para hablar a solas.

Hablamos a solas por detrás del Astra, según Fran tenía toda la pinta de ser cierto lo que nos contó uno de los gemelos:

"Creéme, Sara ha influído algo para que estos me llamen Paco. Lo odio y siempre me anda puteando con ello. Así que algo han debido de hablar con tu compañero y Sara."

Nos teníamos que fiar, mi móvil no tenía batería y la cabina telefónica más cercana estaba a más cinco manzanas, en este chollo hay que ser rápido, por si se mosquea la otra parte. Salimos de detrás del coche y empezamos a hablar con los gemelos:

- Y, ¿por qué teníamos que timbrar al piso? - les pregunto.

- ¡J@$~#R! - se ríe un poco - Es nuestra casa, tío. - me contestan al mismo tiempo, sonriendo.




Sábado, 23 de noviembre de 1996.

Había pasado bastante tiempo desde la última aventura, los gemelos habían hecho un pacto con Cachiro para trabajar conjuntamente y Fran, al ver las 50.000 pesetas que se levantó por hacer de taxi al venir a buscarme, empezaría a comprender que lo de colaborar de manera 'no oficial' con nosotros, le saldría bastante rentable. Nunca entendimos porque la 'pasma' intentó darme caza aquel día en Monforte, Cachiro intentó sacar información hasta de mano del Comisario García, pero no había manera. Mi Escort permaneció un par de dias escondido en aquel establo y no lo llegaron a localizar, encargué un servicio a una empresa de transportes con trailers y me lo traje a Lugo de incógnito. Aún no lo saqué del garaje por temor a que me lo fichen y sea peor, más vale prevenir que curar. Cachiro consiguió hacerse con el Opel Manta del gitano de Monforte y desde entonces, lo desmontamos entero en su casa nosotros tres (Cachiro, Sara y yo), para llevarlo a sanear a una chapistería. En general nos iba bastante bien a todos, habíamos hecho un par de compras más y vivíamos practicamente del trapicheo, sin complicaciones ni para mí, ni para Sara (los nuestro era conducir, nada más). La noche anterior, Cachiro me llamó para hacer un trabajo durante el día de hoy

"¡Nos vamos a Portugal! Si nos sale redondo este negocio, debemos pensar en ampliar nuestra 'empresa'. Ya te contaré mañana. ¡Aaaaah! Ven niquelado, ponte un traje o algo."

Al día siguiente, estaba en frente de la casa de Cachiro trajeado y apoyado en el XR2. Ya os había contado que mi Escort lo tenía 'precintado' yo mismo, mientras tanto usaba el Fiesta.

Imagen Enviada

Desde una ventana de la casa de Cachiro, Sara me echa un piropo:

- ¡Guapooooooo! - decía ella, riéndose.

- Di que sí, Pablo. - decía Cachiro, riéndose también - ¡Máximo nivel!

- Pero, ¡a ver! - les decía desde abajo - En qué quedamos, ¿no tenía qué venir como un pincel?

- Por eso mismo te lo decimos, ¡tonto! - decía Sara, riéndose.

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Editado por FerregachoGZ, 24 febrero 2011 - 21:33:33.





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